Las pensiones según la 'posverdad' demográfica

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La catedrática Anna Cabré critica el uso de proyecciones de población para justificar decisiones "que no son de recibo"

Encarna Maldonado

07 de marzo 2017 - 02:34

Málaga/Dejen en paz la demografía y arreglen las pensiones. La catedrática de geografía humana de la Universidad Autónoma de Cataluña Anna Cabré negó ayer que la demografía justifique riesgos en el sistema de pensiones. Es más, lamentó en las jornadas Retos económicos y sociales de la población española, organizadas por Unicaja e inauguradas ayer por el presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, y el consejero de Empleo, José Sánchez Maldonado, el uso político de la demografía "para toda clase de fines". Igual que se utilizó en los años 20 en Francia para impedir la contracepción, ahora se pone como baluarte para justificar la insostenibilidad de las pensiones. En su opinión es una posverdad, neologismo acuñado por el Diccionario Oxford para aludir a la hegemonía de las creencias sobre los hechos.

Indicó que formalmente, la demografía nunca ha sido más favorable que ahora para mantener el sistema de pensiones, porque nunca fue tanta la población activa. Sin embargo, con o sin intención, el vaciado de la hucha de las pensiones se ha convertido en una "genial posverdad" sobre la que se ha generado un "grado de alarma" para justificar cambios "que no son de recibo", cuando el problema de las pensiones son los salarios bajos, la "tarifa plana" en determinados contratos casi exentos de cotizaciones sociales y el elevado porcentaje de empleos a tiempo parcial.

La catedrática añade, además, que no hay proyección capaz de sostenerse en el tiempo. Porque no aciertan. En 1993 se pronosticó que España no sobrepasaría los 40 millones de habitantes. En 2016 se alcanzaron los 46,4. Las estimaciones a largo plazo sólo "amplifican el presente", no anticipan el futuro. Otro ejemplo: en los 60 se auguró que 80 años era la edad límite a la que ya no se podría sostener el sistema. Sin embargo, la esperanza de vida ha sobrepasado ese horizonte y los jubilados perciben sus retribuciones.

Creencias como la capacidad de los flujos migratorios para rejuvenecer la población también deben reconsiderarse, puesto que es ahora cuando el planeta tiene la máxima población de 20 años. "En 2040 los inmigrantes no tendrán 20 años, sino 40 y posiblemente los que emigren entonces sean menos". "Viene un mundo diferente que no se puede pensar con criterios actuales", indicó para reivindicar que "se deje en paz la demografía" y se "mantenga el compromiso de las pensiones". El primer paso que hay que dar, a su juicio, es desvincular las pensiones del trabajo y desacralizar que se atienda el sistema con los impuestos.

El subdirector general de Estadísticas Sociodemográficas del INE, Antonio Argüeso, coincidió ayer en reconocer que las proyecciones no son útiles para averiguar anticipadamente las cifras de población global, pero sí para comprender su estructura.

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