La que se ve entre el alcalde y el arzobispo. En la recepción del pregonero a las autoridades pudimos apreciar una fina complicidad entre los dos. A esta ciudad –un pueblo grande para tantas cosas– le encanta sentir próximos al alcalde y al prelado. Antonio Muñoz cuida a monseñor Sainz, al que hasta cita en entrevistas de ámbito nacional en la Cadena Ser. Presume de un trato fluido y cordial. Eso es muy positivo, pues siempre es deseable una colaboración institucional. No hay que olvidar que los dos llegaron a sus respectivos puestos casi al mismo tiempo, de tal forma que debutaron en los cargos en la misma Semana Santa. Eso les unió en preocupaciones y vivencias. La Iglesia de Sevilla mantiene una extraordinaria labor social que ahorra muchos euros al erario público. Y también posee un vasto patrimonio histórico-artístico que no puede mantener sin ayudas. Las dos partes deben entenderse siempre. Sale ganando la ciudad. Que es de lo que se trata. Y a todo esto, don Enrique Casellas feliz. Y nosotros nos alegramos de que así sea.