El Fiscal

La trona de Herodes

El asiento del Herodes de la Amargura en la exposición del Casino

El asiento del Herodes de la Amargura en la exposición del Casino / M. G. (Sevilla)

SI hay dos momentos que me gustan de la mañana del Domingo de Ramos es cuando Álvaro Enríquez y Carmen Gavira me detallan las joyas que luce la Virgen del Subterráneo, y fijarme después, ya en San Juan de la Palma, en los collares, los anillos y la elegante bisutería del Herodes de la Amargura. Al Casino de la Exposición me han trasladado al Herodes para una muestra. Pero lo han colocado sin trono. ¡Y no es lo mismo! En su lugar parece que le han puesto una trona pedida prestada al restaurante La Raza. Dice que su trono está adherido al suelo palaciego del paso. ¡Herodes sin su trono pierde tronío, nunca mejor dicho! El Pilatos de la Macarena sí está en su trono, y los sanedritas Anás y Arimatea del misterio de San Gonzalo en los suyos. Y mi Herodes en una butaca de niño cómete los macarrones. Tequiyá. Eso no se hace.