Periodista. Presidente de Next Educación

Manuel Campo Vidal: "El cara a cara entre líderes es apreciado como un derecho"

Manuel Campo Vidal

Veteranía e inteligencia. Manuel Campo Vidal, periodista y doctor en Sociología, atesora una dilatada trayectoria ocupando puestos de responsabilidad, entre los que destaca su presidencia en la Academia de Televisión y su vicepresidencia en Antena 3. Periodista incansable dirigió hace 30 años el primer cara a cara en la Historia de la Televisión, entre Felipe González y José María Aznar, un hito del periodismo y la TV en España.

–¿Es necesario un cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo?

–Los debates son apreciados por los ciudadanos como un derecho. Son difíciles de conseguir porque requieren de una cadena de confianza donde nadie ni nada puede fallar.

–Confianza. ¿De quién?

–Confianza de los propios candidatos; confianza de los candidatos con su partido político; confianza de quien organiza el debate; confianza del moderador y del realizador, que deben garantizar la neutralidad durante el debate.

–¿Qué le parece la propuesta de celebrar seis cara a cara para el 23J?

–Una propuesta insólita, pero estamos en el comienzo y quizás sólo se trata de un acercamiento. Veremos en qué termina. Preparar un debate electoral es un proceso lento, complejo y no debe ser retransmitido.

"Hay mucha crispación. Sería bueno para el país que se bajara la tensión. No sólo en el ámbito político, sino también en los medios de comunicación y en las redes sociales"

–¿Es pertinente un debate a cuatro o a cinco incluyendo a las fuerzas minoritarias?

–Hay que combinar debates a cuatro o a más con un cara a cara. En Antena 3 celebramos hace años (2008) un cara a cara entre el entonces ministro Pedro Solbes y Manuel Pizarro y resultó extraordinario. No todo tiene que ser Sánchez-Feijóo.

–¿En qué reside la dificultad del debate electoral?

–Es necesario poner muchos elementos de acuerdo: dentro de cada partido, entre la nube de asesores, entre las cadenas de televisión, las encuestas, etcétera. Todo ello supone un elevado coste, además. En una ocasión he tenido preparado un debate, con todo cerrado, cuando a uno de los candidatos le llegó una encuesta favorable que le llevó a cancelar su participación.

–¿Para no jugársela?

–Claro. Las encuestas le daban buenos resultados y no quería jugárselos en un cara a cara.

–¿Cuándo gana una candidato un cara a cara?

–Cuando responde de manera razonable, y con dialéctica.

–Dirigió el primer debate electoral televisado hace ahora 30 años entre Felipe González y José María Aznar, un hito de la TV. ¿Con qué se queda de aquello?

–Lo más importante: Los ciudadanos sintieron que ganaban un derecho. Según describió Schoeter en Debate TV: Alto riesgo en directo, un debate electoral no es un boxing dialéctico, sino una selección de personal. Los ciudadanos, con su voto, contratan a uno o a otro candidato como si se tratara del director general de una gran empresa, España S.A.

–¿Cómo influye un debate en los resultados?

–Un debate genera más participación electoral.

–¿Los candidatos están conectados a sus asesores durante el cara a cara?

–No. Durante el cara a cara no están conectados. Sólo entran los asesores en la mitad del debate.

–¿Cuál es el principal error en el que puede caer un candidato en un debate electoral?

–El riesgo principal para un candidato es no preparar bien el debate y no llegar lo suficientemente descansado. Los debates son agotadores. Lo es para el moderador, imagínese cómo de agotador puede ser para las personas que se juegan la presidencia de un país. Siempre está el riesgo de perderlo.

–¿Es crucial?

–La prueba de que el debate electoral interesa es la altísima audiencia que genera, siendo centro de conversaciones en días posteriores.

–La audiencia, ¿es comparable a una final de un campeonato de fútbol?

–La audiencia de un debate electoral es comparable e incluso supera a la audiencia de una final del Mundial. El debate se retransmite en todas las cadenas de televisión de manera simultánea.

–¿Cuántas personas trabajan tras las cámaras?

–En un debate organizado por la Academia de Televisión trabajaron 100 personas, todas voluntarias. Ahora estamos en tiempo de que las cadenas de televisión negocien.

–¿Cuál es el papel de la Academia de Televisión?

–La Academia de Televisión está en la retaguardia. Si las cadenas de televisión no llegan a un acuerdo, ahí entraría la Academia de Televisión para garantizar que se celebre.

–¿Ha ocurrido en España alguna vez?

–En 2008 no hubo acuerdo entre las cadenas de televisión y el debate electoral se celebró porque la Academia de TV se movilizó.

–¿Puede apuntar algunas claves que debe tener presente el moderador?

–Durante un debate en televisión debe mantenerse siempre el ritmo y es necesario tener un alto conocimiento del país.

–El escenario político parece marcado por mensajes con un alto grado de violencia verbal. ¿Complican un programa que debe ser elegante?

–Hay mucha crispación. Sería bueno para el país que se bajara la tensión. No sólo en el ámbito político, sino también en los medios de comunicación y en las redes sociales. No es bueno para un país estar tan crispados. Reprendemos a los niños cuando se salen de tono y lo cierto es que hay declaraciones políticas y en redes que se salen de tono constantemente.

–¿Le veremos en el próximo cara a cara?

–No lo sé. Siempre ofreceré mi ayuda. Es un derecho del ciudadano, pero se trata de un proceso complejo y nadie debe condicionar.

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