"De la pandemia recuerdo las ganas de trabajar y de dar todo por los pacientes"

Ángel García García. Médico internista, docente y aficionado al atletismo

Ángel García García tras correr el Maratón de Nueva York en 2018.
Ángel García García tras correr el Maratón de Nueva York en 2018. / M. G.

Aprender y sufrir a parte iguales. El médico internista Ángel García sabe lo que es aprender y sufrir a partes iguales, no sólo en su profesión, donde la pandemia del Covid le sorprendió en primera línea de batalla en la séptima planta del Hospital de Valme, que se convirtió en la trinchera de un virus desconocido al que había que hacerle frente sin apenas armas para ello. También en su vida personal, donde, desde 2012, tras el nacimiento de su segundo hijo, fijó sus metas en el atletismo. Dice que de la pandemia aprendió la entrega y compromiso del trabajo en equipo. Su afición al running, por su parte, le ha llevado a correr 14 maratones desde que en 2013 se iniciara en esta prueba. Prepararse para ello no es fácil. Entrena antes del alba, a las 5:45 horas, y, tras los 12 kilómetros diarios, se enfunda la bata blanca para continuar en la carrera de fondo por la Salud de los demás.

- 14 maratones a sus espaldas. Entre ellos, Boston, Nueva York, Chicago y Berlín… ¿De dónde le viene esa afición al atletismo?

Desde pequeño siempre tuve afición por el deporte en general y eso creo que me permitió mantener una condición física basal. Pero no fue hasta tener a mi tercer hijo en 2012 cuando el atletismo se convirtió en la única forma de realizar una actividad deportiva, ya fuera en la noche después de acostarlos o en la mañana antes de amanecer.

- Es médico internista y durante marzo de 2020 formó parte de la primera línea frente al Covid en el Hospital de Valme donde, además, dirigió un grupo de investigación para seguir avanzando durante la pandemia. ¿Cómo dividió su tiempo?

La pandemia tuvo muchas pequeñas etapas. Al comienzo, durante el confinamiento estricto, los colegios cerraron. Mi mujer también es médico, especialista en Microbiología, y ambos queríamos seguir trabajando en el hospital. Así que uno iba por la mañana y el otro por la tarde y el resto del tiempo cuidábamos de los niños y seguíamos conectados desde casa con el hospital o leyendo información y recogiendo datos de lo que le pasaba a nuestros pacientes. El entrenamiento lo realizaba entonces en una vieja elíptica que teníamos en casa. Una hora al día junto con abdominales y comba. Con el inicio de las clases, el entrenamiento pasó a las 6 ó 7 de la mañana y después largos días en el hospital con turnos frecuentes de 12 ó 24 horas, pasando en el hospital casi todos los fines de semana. Entonces no había competiciones pero salir a entrenar me producía la misma sensación de placer.

- Se acaban de cumplir tres años del inicio de la pandemia, ¿cómo recuerda aquellos primeros meses en el hospital?

Con el paso del tiempo, creo que las personas intentan guardar los buenos recuerdos. Hubo muchos momentos con sensaciones muy diferentes, como frustración y tristeza o incertidumbre, queriendo buscar y hacer siempre lo mejor para nuestros pacientes, pero, sin embargo, recuerdo la ilusión renovada diaria de llegar al hospital y juntarnos con el resto de compañeros. La solidaridad de auxiliares, enfermeras y médicos. Todos tenían ganas de trabajar, de dar lo mejor de cada uno cada día. Hicimos grandes amistades en unos pocos meses entre compañeros que llevábamos más de 10 años en el mismo hospital.

- ¿En qué piensa cuando corre?

Disfruto del momento y del entorno, ya sea entrenando o compitiendo. El entrenamiento al aire libre en sí ya es una motivación. En la competición, intento visualizar mentalmente el recorrido y disfrutar del ambiente que genera el público y el resto de corredores. No me gustan las pistas de atletismo y siempre busco caminos o carreteras poco frecuentadas donde poder realizar los entrenamientos.

- ¿Se puede correr a buen nivel sin un buen entrenamiento?

No. Todo lleva una preparación y ésta debe ser progresiva. Primero hace falta una adecuada forma física básica y una alimentación y hábitos saludables. Luego, en mi caso, vinieron los entrenamientos. Al principio, sólo, por la motivación de hacer algo de deporte, con ritmos muy suaves, sin tiempo, sin reloj, disfrutando del entorno, con ritmos muy controlados y una buena recuperación entre sesiones. Luego me di cuenta que empezaba a disfrutar mientras corría y quise mejorar la calidad de los entrenamientos, entonces hay que introducir la fuerza y los ejercicios de calidad, es decir, ir al gimnasio, subir cuestas o hacer series, y es ahí donde la continuidad en el entrenamiento te puede llevar a la mejora de tus marcas. Luego participas en las competiciones para disfrutar del ambiente y luego intentas mejorar tus marcas. Así es donde yo vi la posibilidad de luchar por alguna victoria, pero éste nunca fue el fin de mis entrenamientos.

- Corre maratones, trabaja a un alto nivel y, además, tiene vinculación con la docencia en la facultad de Medicina. Hábleme de esa faceta…

- La Medicina siempre la he concebido como una tríada inseparable: asistencia, docencia e investigación. No todo médico es buen docente, pero es necesario que sepamos transmitir la experiencia clínica que adquirimos en los hospitales a nuestros alumnos y futuros médicos. En 2016 me incorporé como profesor a la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla y desde entonces alterno la actividad asistencial en el hospital con la docencia en las aulas de la Facultad a los alumnos de 4°, 5° y 6° curso

- Con todo ese desarrollo personal y profesional... ¿cuáles diría que son sus metas en la vida?

Disfrutar de lo que hago y para eso no hay mejor receta que entrenar e intentar dar lo mejor de uno en todas las facetas: como médico, docente, investigador o atleta. Sólo cuando uno se encuentra con una preparación óptima es cuando disfruta del ejercicio de su profesión (médico o docente) o de competir en una carrera. Ganar o no para mí no es el objetivo, sino saber que he entrenado lo mejor posible para cuando llegue el día de la carrera tener el cuerpo y la mente para poder competir contigo mismo. Eso es lo bonito del atletismo y lo que enamora a tantos corredores: cada uno compite consigo mismo e intenta mejorar su rendimiento previo. La maratón es una prueba donde el cuerpo y la mente deben estar muy bien preparados los meses previos y ahí está el reto y la atracción que supone esta prueba. Sin esa preparación previa, es mejor no tomar la salida.

stats