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Fuego cruzado con las estrategias definidas

Los intervinientes dejan claro cuál es su rival a batir. Barroso y Romero se obvian y Peinado disfruta en el centro de la diana

Fuego cruzado con las estrategias definidas

10 de mayo 2011 - 01:00

CUALQUIER parecido entre esta campaña electoral en Puerto Real con las vividas en las últimas décadas es pura coincidencia. Quien haya vivido de cerca años atrás las duras disputas entre el alcalde, José Antonio Barroso (IU), y los diferentes líderes locales del Partido Socialista, se quedaría ayer de piedra viendo el debate organizado conjuntamente por Diario de Cádiz y Onda Cádiz. Porque la primera conclusión de este enfrentamiento dialéctico es obvia: por primera vez en mucho tiempo, Barroso ya no está solo. Ahora tiene un socio de gobierno (el PSOE) con quien mantiene una lealtad mutua. Y por lo visto ayer, todo apunta a que esta colaboración tiene visos de continuar en el futuro... si los votos así lo permiten.

Fue un fuego cruzado en toda regla en el que cada uno de los intervinientes acudieron con las estrategias claramente definidas. Se trataba de exponer sus programas de gobierno, sí, de mostrar cuáles son sus prioridades de futuro para la ciudad, también, pero sobre todo el objetivo era dejar bien a las claras cuál es su rival a batir. Y aquí vino la sopresa.

Porque de sorpresa se puede calificar que el candidato del PSOE, Pedro Romero, obviara en todo momento una crítica al alcalde. Y sorpresa también fue ver que Barroso tardara más de una hora en lanzar su primera crítica -muy tímida además- a una Administración gobernada por los socialistas.

Es la consecuencia directa de los dos acuerdos clave que izquierdistas y socialistas han alcanzado en Puerto Real desde las municipales de 2007: el primero fue cuando los concejales del PSOE fueron ordenados por las direcciones provincial y regional de su partido a permitir la continuidad de Barroso en la Alcaldía para salvar el gobierno de la Diputación; y el segundo tuvo lugar hace dos años, cuando se formalizó el pacto que permitió la entrada de los socialistas en el gobierno municipal.

Sabedor de que tenía las espaldas cubiertas porque el alcaldable del PSOE no iba a ir en ningún momento contra él, Barroso dirigió toda su estrategia a lanzar una ofensiva en toda regla contra la líder local del PA, Maribel Peinado, su principal rival en las elecciones del 22-M según vaticinan las encuestas. Intentó forzar una comparación entre, por un lado, una Peinado a la que considera una neófita y una desconocedora de la vida municipal de Puerto Real -"tengo serios problemas intelectuales para entender lo que dice", llegó a aseverar- y, por otro, a sí mismo, autoerigiéndose ante la ciudadanía como causante de los avances vividos en Puerto Real en las últimas décadas y como garantía de futuro para los años venideros. Y, como era de cajón, apeló al pedir el voto para IU a una virtud a la que sin duda gana por goleada a sus adversarios: experiencia.

La líder del PA dio la impresión de sentirse como pez en el agua, satisfecha de lo que estaba consiguiendo. A cada crítica de Barroso, una sonrisa. Y si entraba al trapo o mostraba algún tipo de ofuscación daba la impresión de que lo hacía sin mucho convencimiento, para disimular. En el fondo, lo estaba logrando. Estaba logrando que se visualizara que si alguien puede abanderar el cambio en Puerto Real es ella y el PA. Peinado quiere para sí todo el voto antibarrorista que pueda haber en la localidad puertorrealeña. Hace cuatro años tenía una seria competencia en el Partido Socialista. Pero ahora, después del pacto de gobierno, tiene el campo abierto. Si sale triunfadora, el mérito será suyo; pero si falla en el intento, será la gran derrotada.

¿Y el PSOE? Pues también tenía una estrategia clara. Pedro Romero insistió en situar a su partido como garante de las coberturas sociales, aseguró que en estos dos años de pacto con IU los concejales socialistas han puesto las bases de la transformación que quieren seguir aplicando en la ciudad... y se olvidó por completo de los años venideros. Es como si Puerto Real se hubiera fundado en 2009.

Romero, eso sí, no eludió el cuerpo a cuerpo con el líder local del PP, Christian Castaño, cuando éste lanzó sus andanadas contra los gobiernos socialistas en Madrid y Andalucía, a los que vio como responsables del "hundimiento" general del estado del bienestar, Frente a eso, el alcaldable del PSOE recurrió en varios momentos a la "sensibilidad" de su partido hacia quienes peor lo están pasando en estos momentos de crisis.

La diferencia entre uno y otro fue nítida porque Castaño sí fue a degüello contra el regidor. Como quien no tiene nada que perder al tener el listón por los suelos, el líder local del PP criticó la "palabrería" de Barroso y su manera de "desprestigiar a los rivales". A veces dio la impresión de salir en defensa de Maribel Peinado, con la que tuvo mucha más sintonía que diferencias.

Y en medio de este fuego cruzado, Iván Canca defendiendo el catálogo de Los Verdes: sostenibilidad, ecología y una ciudad pensada para y por los vecinos.

A la vista del debate de ayer, los electores de Puerto Real tienen dos caminos: el del continuismo, representado por Barroso y por el PSOE; y el del cambio, que lidera el PA de Maribel Peinado. Ya sólo queda elegir.

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