Josep Borrell: “Nos estamos quedando atrás”
El ex Alto Representante de la Unión Europea Josep Borrell analiza el papel del Viejo Continente ante el “nuevo desorden estratégico mundial” en el que prima la seguridad
“Vivimos en un desorden estratégico”. Con estas palabras iniciaba el ex Alto Representante de la Unión Europea Josep Borrell este viernes en Sevilla una conferencia con motivo de la inauguración del año académico en la Academia Andaluza de Ciencia Regional, que tuvo lugar en el salón de actos de la Facultad de Turismo y Finanzas de la Universidad de Sevilla.
Un “desorden” que afecta especialmente a los europeos, alertó. Afirmación para la que el también ex ministro español se apoyó en la reciente imagen de los líderes del Viejo Continente y el jefe de la OTAN, Mark Rutte, “el felpudo de Trump”, junto al presidente de Estados Unidos tras firmar el “infame” pacto comercial, “en realidad una imposición”, en la que los americanos, “exultantes”, posan junto a unos europeos con “cara de circunstancias”. Y es que esta escena, a ojos de Borrell, podría ser una reconstrucción de La rendición de Breda.
“Europa tiene que aprender a usar el lenguaje del poder”, aseguró. “Tenemos que ser influyentes, tener el poder coactivo, el que hace que los demás se comporten como tú quieres”. Y es que “a los europeos nos gusta mucho hablar de nuestros valores, pero éstos no son reconocidos por los demás”.
Una fuente de poder es la población, y Europa la pierde: “Cada vez somos menos y más viejos”. Y en economía, aumenta nuestro PIB, pero no tanto el PIB pér cápita, lo que quiere decir que “tenemos un problema de productividad”.
Borrell es tajante. “Realmente en el mundo hoy sólo hay dos polos de poder: China y Estados Unidos”. El gigante asiático, que produce un tercio de toda la producción industrial mundial, y el segundo, el polo financiero, si bien más débil y vulnerable. “Por eso Trump quiere volver a tener industria, algo que no va a conseguir”, auguró.
“Nos estamos quedando atrás”, sostuvo. “Nos estamos especializando en el poder blando, y en algunos temas no basta. Lo estamos aprendiendo ahora que el orden internacional se ha transformado”.
El político explicó que el mundo se ha transformado en tres subperiodos desde la Segunda Guerra Mundial, pasando de un primer momento bipolar (1945-1989) de convivencia entre el capitalismo y socialismo, a una segunda etapa unipolar, “con un solo discurso, el de Estados Unidos”, desde la caída del Muro de Berlín hasta la crisis del euro, a una tercera fase a partir de 2008 que implica un orden multipolar con dos grandes focos: China, que ya no se considera un país en vías de desarrollo, y Estados Unidos.
Para entender este contexto llamó a los asistentes más jóvenes a estudiar historia. “Conviene que ustedes lean algo más que los titulares de los periódicos o el tuit que acaba de enviarles un amigo. Tienen que leer historia”, les espetó.
No se le gana una guerra comercial al país que te garantiza la seguridad”
Borrell lamentó que nos hayamos embarcado en una guerra comercial que íbamos a perder. “Por una razón muy sencilla. Usted no le gana una guerra comercial al país que le garantiza su seguridad, que le defiende, porque si se enfada, lo de menos es el comercio”, explicó. “Por eso la rendición de Breda, es decir lo que usted diga. Si se enfada se va de Ucrania, y los ucranianos sin la ayuda americana difícilmente se pueden defender”, sostuvo. “Ucrania nos ha costado hasta ahora 170.000 millones de euros. ¿Están ustedes dispuesto a restituir a Estados Unidos para que Ucrania se siga defendiendo o no?”, preguntó.
Borrell también tuvo unas palabras sobre la guerra en Gaza. “Antes de los ataques a la Franja atacó Hamas, pero un horror no justifica otro (...) Esta tragedia pesará sobre la conciencia del mundo occidental”, lamentó.
De cara a un futuro próximo, Borrell dibujó varios escenarios, entre ellos la “reconfiguración multipolar estable”, algo que sin embargo ve improbable. “Lo que es seguro es que el sur global va a ganar y va a surgir un nuevo multilateralismo de la mano de esos países que defina un nuevo orden”, dijo.
Sobre Ucrania, “podría pasar como en Corea, no paz, no guerra, con una línea de demarcación. Llevan 50 años así”. “Putin no me aceptaría como mediador”, contestó al ser preguntado por esta posibilidad.
“Me llaman pesimista, pero soy activista. La paz no es el estado natural de las cosas. El estado natural es el conflicto. Nosotros hemos vivido 70 años de paz gracias a la Unión Europea, pero puede que ustedes (los más jóvenes) no tengan la misma suerte”, concluyó.
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