Festival de cine de Sevilla | Las Nuevas Olas Ficción

Un tsunami de imágenes y sonidos

  • Dieciocho títulos para la sección con más nivel de riesgo, eclecticismo, juventud, vocación de futuro e identidad propia del festival. 

Las Nuevas Olas se consolida como la sección con más identidad propia de este festival, espacio de verdadera apuesta de futuro e incertidumbre para el espectador. En lo que respecta a la ficción, también es el escaparate del cine español más arriesgado y heterogéneo. En 21 Paradiso, de Néstor Ruiz Medina, la sexualidad en tiempos de las redes sociales es el trasfondo para un ejercicio de estilo en la narración de una relación a través de 21 planos secuencia. Miembro del colectivo Canódromo Abandonado, Julián Génisson nos trae en Inmotep un “thriller de inmobiliarias, hipnosis y bancos de imágenes de stock”. Cualquiera puede imaginarse que semejante descripción genérica reduce el potencial delirante y el coqueteo con el absurdo de un filme que promete una esquinada mirada a la realidad más prosaica y deprimente de nuestro tiempo. La premisa de La mala familia, de Nacho A. Villar y Luis Rojo, nos suena más a unos caminos y formas ya transitados por el cine español: chavales del extrarradio madrileño y reencuentros tras una temporada en la cárcel. 

El vecino y sin embargo distante cine portugués también se sube a la nueva ola: Nayola, de José Miguel Ribeiro, lo hace desde la animación para indagar en la herida colonial angoleña tras la independencia de 1975 y a través de la historia de mujeres de tres generaciones. También en la misma herida hurga Naçao Valente, de Carlos Conceiçao, esta vez en imagen real y a través del filtro queer y el fantástico como formas para la denuncia política sobre la pervivencia del fascismo en la Europa contemporánea. Cerrando la presencia portuguesa, A Noiva, del más veterano Sérgio Tréfaut, sigue los pasos de una joven europea que huye a Irak para casarse con un miembro de ISIS y las consecuencias tras la muerte de su esposo.

Francia también coloca varios largos en la sección. En Askhal, de Youssef Chebbi, lo hace desde la co-producción con Túnez en una peculiar buddy movie con una joven agente y su veterano compañero en la investigación de una cadena de inmolaciones. En Blind Willow, Sleeping Woman, de Pierre Földes, la animación vuelve a ser protagonista para una historia ambientada en Japón tras el tsunami de 2011 que adapta relatos de Haruki Murakami.  También viaja al Oriente asiático Return to Seoul, de Davy Chou, que cuenta la historia de una joven cridada en Francia que decide regresar al país donde nació, Corea, para buscar a sus padres biológicos. La cinta franco-germana Human flowers of flesh, de Helenna Wittmann, sigue los pasos del cine de Claire Denis en el retrato de la obsesión de una mujer con la Legión Extranjera y su viaje en barco a sus cuarteles en Argelia. También financiación gala tiene The Dam, el debut del libanés Ali Cherri ambientado en el Sudán revolucionario. 

La británica Aftersun, de Charlotte Wells, candidata a los premios EFA, la suiza Todos los gatos son pardos, de Valentin Merz, mejor primer filme en Locarno, la rumana The Island, de Anca Damian, “un musical psicodélico y ecológico”, la croata Safe place, de Juraj Lérotic, la alemana Skin Deep, de Alex Schaad, ganadora del León Queer en Venecia, y Gigi la legge, el nuevo filme del italiano Alessandro Comodin, Premio Especial en Locarno, completan la selección de títulos.