Fran Rivera al desnudo

El diestro presentó, junto a su hermano Julián Contreras, el libro 'De Rivera a Ordóñez' en Sevilla bajo la atenta mirada de la que fuera su suegra y ahora buena amiga, Cayetana de Alba

Gema Amil

24 de marzo 2011 - 11:17

De Rivera a Ordóñez es un libro que no cumple las expectativas de los que querían que Fran Rivera contara con pelos y señales su vida y milagros, sus secretos y una buena parte de su vida más íntima y personal. Pero esto, no impide que el torero se desnude en él, abra su corazón y exprese lo que le atormenta, le hace feliz o, sin más, le aterra. Y esto es lo que llena de orgullo tanto a él como a su hermano y autor del libro, Julián Contreras. Los hermanos presentaron relajados y con una muy buena sintonía la obra en Sevilla con la compañía de familiares y muy buenos amigos, entre los que destacó la presencia de la Duquesa de Alba -que hizo aparición elegantísima y del brazo del que fuera su yerno- o Jesús Quintero. Un mano a mano entre Rivera y Contreras que ha conseguido acercar la imagen del mediático torero -como ya le han 'bautizado'- y, aunque ahora se avergüence de haberse mostrado tal cual, le ha hecho mucho, y para bien. Letras en las que habla del amor, de la familia y de sus gustos más personales con tacto. Y también del toro, ya que, aunque como dice el propio Fran Rivera "sólo se puede hablar de toros con un torero", su hermano es un "chiquitín con talento" que lo ha sabido plasmar a la perfección.

Durante la presentación los elogios entre ambos no faltaron, hablaron de algunas de las anécdotas que han vivido durante el largo proceso de elaboración del texto e incluso de lo difícil que Fran se lo puso a Julián para centrarse en el tema y abrirse más. Aún así, han tenido tiempo para hacer un recorrido por la forma de querer del diestro, del miedo que siente en el ruedo, como vive con la muerte, lo que siente por su hija Cayetana -su pequeña bichito- o la intensidad con la que ama. Fran, al desnudo, quiere volver a enamorarse, le encanta el aikido y es algo más que un torero o un personaje del corazón; lo cual no puede evitar que le afecte en ocasiones. Sus apellidos no le permiten hacer el ridículo y reconoce que el interés mediático que suscita le ha perjudicado en su carrera. Un hombre que se casó con la intención de pasar el resto de su vida con la que era su esposa, que teme a la oscuridad y, aunque parezca contradictorio para muchos, ama a los animales.

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