Retrato de una reina ejemplar
El periodista Fermín J. Urbiola publica 'Nacida para reuina', la primera biografía de Fabiola de Bélgica coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de su boda con Balduino.
Dos años de dura investigación han tenido su fruto y, por fin, Fermín J. Urbiola ha visto recompensada su labor con la publicación de Nacida para reina, relato biográfico sobre una virtuosa mujer la cual, nacida en Madrid en 1928, tenía marcado en su destino el trono de Bélgica. "Fabiola se enamoró de Balduino aunque, al principio, lo rechazó", confiesa el autor a propósito de la protagonista de una historia para cuya narración ha contado con muchos testimonios cercanos a la monarca. "Lo mismo me he acercado a agriculores que a la duquesa de Alba", continúa Urbiola. "He llegado a conocer casi todo del que, según dicen, es el período más próspero del país europeo donde reside alguien que, con su labor, ha contribuido mucho a impulsarlo".
Así, el 15 de diciembre de 1960 -hace justo medio siglo-, Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón pasó por el altar con un príncipe, por aquel entonces, triste. "Fue un amor en mayúsculas", aclara el periodista. "Los amigos coinciden en señalar que, la que había sido una niña tímida, se transforma en otra persona gracias a su marido y, al revés, igual. Por eso el pueblo belga la quiere tanto porque, de pronto, vieron a su monarca con un subidón tremendo".
Considerada una de las españolas más trascendentes del siglo XX, tal vez fue la relación con su hermano, Jaime, el punto más negro de su impoluta trayectoria pues, representante de la que vino a llamarse jet set marbellí, su actitud le causó a Fabiola más de un quebradero de cabeza. "Jaime es idéntico pero distinto. Se nota que tienen la misma sangre y que, desde la cuna, se les inculcó apostar por algo y no pasar sin pena ni gloria. El problema es que les separaban tantas convicciones que Fabiola decidió no invitar a su hermano a la boda. Posteriormente sí se sentaron a hablar y ella , a pesar de que él se aprovechó de ser 'hermanísimo', le perdonó y hasta le adoró", rememora un escritor orgulloso de, por vez primera, sacar a la luz muchos datos que ayudarán a forjarse una imagen más completa de alguien entregada, en cuerpo y alma, a su labor. "En eso se parece bastante a la reina Sofía , a la que le unen bastantes lazos. Son dos referentes de profundas convicciones".
Ahora, a sus 83 años, después de una reciente operación de tiroides que la condujo casi a la muerte, Fabiola de Bélgica ha dejado de viajar con tanta asiduidad como antes a España y permanece más tiempo dedicada a causas sociales que continúan incrementando, aún más si cabe, el cariño que se siente hacia quien, tal vez, sólo deja como deuda pendiente la maternidad. Sin descendencia de su matrimonio, será su sobrino Felipe el que herede un trono que jamás olvidará a esta paisana de corazón infinito.
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