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"Lo hago peor como madre que como artista"
Sole Jiménez. Cantante.
Encantada de que la recuerden como la voz de Presuntos implicados, Sole Jiménez presenta 'Pequeñas cosas', una apuesta en solitario dentro del 'latin jazz'.
Con suave sonrisa y trato exquisito, Sole Giménez es una mujer dulce, por dentro y por fuera, pero con carácter. Así, la que es considerada una de las mejores voces de nuestro país, se encuentra estos días de promoción con su nueva aventura como solista, Pequeñas cosas, una continuación musical de Dos gardenias -su álbum anterior-, gracias a la que está volviendo a cosechar excelentes comentarios de crítica y público. Versionando temas clásicos del calado popular de Un ramito de violetas, Lía o Volando voy, y con duetos inolvidables como Aquellas pequeñas cosas junto a Joan Manuel Serrat, la intérprete cuenta con dos fans tan incondicionales como son sus hijos, de 17 y 11 años.
-¿Qué le parece escuchar que posee una de las gargantas más privilegiadas de España?
-Bueno, eso es algo de agradecer pero nunca me ha gustado competir. Sobre gustos, colores. Creo que no es una batalla por ser "la más" sino que debes ofrecer lo mejor que tengas.
-Pero sí reconocerá que, su forma de cantar, es un referente para otros artistas…
-¿Sí? (risas) Tampoco pienso que haya creado escuela. En el arte, lo bueno es tener personalidad. Yo digo las canciones de forma diferente, eso es cierto. Se trata de mi criterio y, la diferenciación, es buena. Solo tiene que salir naturalmente.
-¿Ha encontrado, como titulaba uno de sus trabajos, La felicidad?
-A "raticos" (risas). Subir al escenario con el repertorio de Dos gardenias, y ver la reacción del público y de la orquesta, se acerca a ese sentimiento. Es como saber por qué has venido aquí.
-¿Y grabar con Serrat?
-También da un puntito de dicha, claro. Tuve la suerte de que me llamara para Pendiente de ti, hace algún tiempo, y resultó una experiencia maravillosa. Descubrí que se trata de una enorme figura y una gran persona. He tocado con gente muy grande y nadie se ha enterado pero, este dúo con Serrat, sí quiero que lo conozca todo el mundo. Es un maestro.
-¿En su casa también gustan las melodías de Sole Giménez?
-Sí. En realidad, no se lo cuestionan porque es algo que está ahí. Mi hija pone de vez en cuando el disco sin que, por supuesto, yo se lo exija y, el niño, mientras lo llevo a clase, se pone a cantar Poquito a poco (risas).
-¿Se le da mejor su faceta profesional o su labor como madre?
-Me parece que lo hago peor como mamá (risas). Es difícil educar a los hijos pero yo he tenido suerte porque, los míos, han salido buenos. Tienen sus momentos de arrebatos pero, en general, están muy bien educados.
-¿Por qué las mujeres adultas se ponen tan guapas cuando se separan?
-(Risas) ¡Dices adultas y no maduras!, ¿no? (Risas). Bueno, supongo que hay una edad, a partir de los 40, en la que nos separamos de algo. De los maridos, de los padres, de los niños… Es una etapa de asentamiento, de encontrarte a ti misma y eso, más que belleza, da seguridad. Cuando tienes 20, es un caos y, conforme pasan los años, acumulas experiencias que te dan poder sobre tu propia vida.
-Por cierto, ¿le molesta que se le refiera su ex grupo, Presuntos implicados?
-Lo encuentro natural. No voy a luchar contra ello. Constituye una etapa digna y de gran calidad.
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