Una pedida de mano en la que sobrevuela la sombra de Diana
El anillo de pedida que el príncipe Guillermo regaló a su novia es el mismo que su padre le regaló a Lady Di en su pedida en 1981.
Deliberadamente o no. El príncipe Guillermo ha querido tener muy presente a su madre en este momento tan especial del anuncio de su compromiso oficial con Kate Middleton. En su comparecencia ante los medios, el anillo de pedida que le regaló a su novia acabó convirtiéndose en el protagonista. No en vano se trata del mismo que su padre le regaló a Lady Di en su pedida, en 1981. Consciente de ello, la propia Kate vistió un vestido acorde con la joya. La misma sortija aunque -esperemos- historias diferentes. Desde luego, en los ocho años que llevan de relación, la pareja no tiene nada que ver con la compuesta, hace años, por el heredero británico y Diana.
Para empezar, su noviazgo ha durado ocho años, mientras que el de los padres de él transcurrió tan sólo en unos meses. Así no es de extrañar que el príncipe Carlos haya dicho que "ya han practicado mucho", al ser preguntado sobre cómo cree que llevarán la vida de casados. Es más, Guillermo y Kate han vivido juntos los últimos seis meses en una casita alquilada en la isla de Anglesey, cerca de la base de la Fuerza Aérea Británica (RAF) donde el príncipe sirve como piloto, y ante las cámaras dijeron el martes "estar muy bien juntos".
La entrevista a la que se sometió el futuro matrimonio no tuvo, de hecho, nada que ver con la del príncipe Carlos, a sus 32 años, y Diana Spencer, a los 20. "Esto es diferente. Esta mujer (Kate) sabe donde se mete. Es una entrada mucho más negociada y preparada", ha comentado, por ejemplo, la historiadora Jean Seaton en The Guardian. Lo cierto es que Kate, a lo largo de estos años, ha sabido acostumbrarse al acoso mediático y se ha ganado el corazón de los británicos, que la llaman 'waity Katie' (paciente Katie). Con todo, ella califica de "intimidante" su nuevo papel, aunque dice que se lo va a tomar "con calma".
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