La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El 'inquifatuo' de la Moncloa
Inglaterra está de aniversario. Un día como hoy, hace un año, el país vivía uno de los momentos más emotivos y esperados de los últimos años: la boda del príncipe Guillermo con su novia de toda la vida, Kate Middleton. Una chica sencilla y discreta que, 365 días después, es toda una celebridad. La abadía de Westminster no sólo fue testigo del sí quiero de un príncipe a su amada, sino del momento más feliz en las vidas de dos enamorados, que olvidando su posición social estaban cumpliendo uno de sus mayores sueños: convertirse en marido y mujer. Con una fastuosa ceremonia, que disfrutaron cientos de millones de personas en todo el mundo, Kate pasaba a ser la duquesa de Cambridge, la reina de todas las miradas. La primogénita de los Middleton entraba a formar parte de la Familia Real británica convirtiéndose en su esperanza, un soplo de aire fresco y una mirada hacia el futuro. Catalina no ha defraudado en su papel de princesa. Cercana, amable, comprometida y con los pies en la tierra, ha ido dando pasos firmes en su nueva condición con una sonrisa dibujada en la cara. Durante su primer año como esposa del príncipe Guillermo ha ido asumiendo cada vez más responsabilidades, incluso se ha enfrentado a sus primeros actos oficiales en solitario. El príncipe, por su parte, ha dejado a su esposa el papel protagonista de su primer año de amor. Y lo ha conseguido, sin duda. La princesa no sólo se ha convertido en un peso pesado dentro de la Casa Real británica sino que es una de las personas más influyentes del mundo y un icono de la moda. Derrocha belleza y da una lección de estilo en cada una de sus apariciones públicas. Muchos dicen de Catalina que tiene un estilo tan refinado y un saber estar tan exquisito que más que un miembro de la familia de la reina Isabel II parece una auténtica actriz de Hollywood. Estos doce meses han sido de ella, de la duquesa de Cambridge. Así, triunfó durante su primer viaje al extranjero, donde levantó pasiones con su cercanía. De la misma manera, el joven matrimonio cautivó al mundo con su asistencia a los Bafta, en las carreras de caballos de Epsom, en los actos navideños o en las celebraciones de la Orden de la Jarretera. La duquesa de Cambridge tampoco dejó a nadie indiferente con su desenvoltura en solitario cuando las obligaciones del príncipe Guillermo en el Ejército hizo que la pareja se separara por unas semanas forzosamente. Un año de cariño, de complicidad, de compromiso, de ilusiones. Un año perfecto. Dicen que el primer aniversario de boda siempre es el más especial y recordado. Un momento único que ellos celebrarán en la intimidad.
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