Real Sociedad-Betis | La crónica

El Betis se levanta en San Sebastián y retoma el camino (0-0)

Isco, en uno de sus característicos giros ante Mikel Merino.

Isco, en uno de sus característicos giros ante Mikel Merino. / Europa Press

El actual Betis de Manuel Pellegrini podrá ser menos brillante y resolutivo que el de otras temporadas, pero su fiabilidad sigue fuera de toda duda. Lo volvió a demostrar en un partido de enorme exigencia, ante una Real Sociedad que venía de defender el primer puesto final de su grupo de Champions ante el líder de la Serie A, el Inter. Lejos de acusar el durísimo palo que le asestó el Rangers el jueves, el bloque de verde jugó un partido muy serio, le sostuvo el pulso en todo lo alto a los vascos en un ambiente muy cargado de electricidad por el factor Aitor Zabaleta y arrancó un punto de valor tras una lucha trufada de ocasiones por parte y parte que hace muy engañoso el 0-0 final. Son ya 12 las jornadas del Betis invicto, un dato que distingue a un equipo fiable, sobre todo fiable.

Quienes prefieran ver la botella medio vacía resaltarán que el Betis sigue a tres puntos de la Real y sobre todo que el Athletic ya se distancia a cinco en ese quinto puesto que puede dar el premio gordo de la Champions. Resaltarán que los béticos han ganado sólo en 6 de las 17 jornadas y que han hecho sólo 19 goles. Y siendo apuntes que mueven a la reflexión, lo vital en esta visita a San Sebastián era volver de pie y rehacer el camino tras lo del jueves.

Más de medio equipo inicial cambió Manuel Pellegrini, hasta seis jugadores, en relación con la formación de la negrísima noche ante los escoceses. Esta vez ubicó a Ayoze en la derecha, apeló a la velocidad de Abde por la siniestra y arriba, volvía con piernas frescas Willian José. Los problemas físicos de Carvalho le daban a Altimira otra ocasión para irse acoplando, que falta le hará al Betis mientras Guido permanezca viendo estos partidos en el salón de su casa.

La Real, enfrente, sorprendía con Zakharyan entre líneas y André Silva en punta. Y fueron esas dos extrañas piezas las que pusieron la nota disonante en la primera parte. Si los vascos no extrajeron nada de su arreón inicial, con Kubo al mando, fue en buena parte debido a que ambos no estuvieron a la altura del fiable engranaje txuri urdin.

Abner empezó sufriendo mucho ante la movilidad y la calidad de las conducciones de Kubo, un diablillo a la hora de colarse por las rendijas y asistir. También Traoré se desdobló con decisión en ese costado y los de verde empezaron a achicar agua. A los seis minutos, Kubo busca ya a André Silva sin éxito; a los once, Traoré la pone fuerte y rasa, la pelota la envenena Abner al tocarla con la punta de su pie, Rui Silva no puede llegar y despeja Ruibal gracias a que André Silva se equivocó al elegir el segundo palo, y no el primero; dos minutos después, la pelota le cae llovida al delantero portugués en un mal tiro de Zakharyan y no acierta a conectar, en posición forzada, ante Rui Silva.

Tardó el Betis en descifrar el partido. Pero lo hizo con clarividencia y a partir de su primera llegada peligrosa, el juego se volcó hacia el área de Remiro. Fue en una ruptura de Marc Roca, que se plantó en el área con su poderosa carrera y la puso atrás con toda la intención. La defensa vasca rechazó como pudo y Abde soltó un derechazo ajustado, abajo, que repelió el portero local como pudo (21’).

Fue como si de repente, la Real de Alguacil reparara en que jamás le gana al Betis de Pellegrini. Como si esa batalla psicológica, ganada por los de verde de antemano, empezara a jugar en cada lance. Y al mando de Marc Roca, Ayoze e Isco, los béticos se hicieron dueños de la pelota. La Real echó de menos más ayudas en la zona ancha. Zubimendi y Merino no podían y Zakharyan permanecía muy descolgado arriba. Mejor para los heliopolitanos, claro, que ejecutaron lo que Pellegrini tenía en su preclara mente.

Ayoze, un jugador que es un prodigio a la hora de salir con la pelota de toda trampa en la línea lateral del terreno, dibujó una preciosa combinación con Ruibal que acabó con un peligroso tiro del lateral que bloqueó un defensor (24’), a la media hora es Willian José quien tira alto en una entrada de Abde por la izquierda, y a los 40 minutos, una mágica apertura de Isco a Ayoze a la derecha, con un golpeo plano que hizo aún mejor el control del canario, acabó en un tiro de éste al poste.

Al intermedio se fue el Betis bien recompuesto, firme. Algo tuvo que ver el paradón que le hizo Rui Silva a Zubimendi pasada la media hora. Desvió con las yemas de los dedos a su cepa izquierda un tirazo desde el borde del área.

Tras el intermedio, Oyarzabal envió una segunda pelota al poste izquierdo de Rui Silva en una falta directa (48’), pero el portero se tiró bien y pronto y cubrió el resquicio por el que se podría haber colado la pelota.

Respondió con prestancia el Betis a ese intento de los vascos de agarrarlo por la pechera. Isco tuvo cuatro saques de esquina seguidos desde la izquierda y en el tercero, en una jugada ensayada con Marc Roca, éste soltó un violento zurdazo al que respondió Remiro.

A la hora de pleito se movieron los banquillos. Alguacil prescindió de Zakharyan y André Silva por Turrientes y Sadiq, pero la mejoría en ataque fue tímida. Enfrente, Assane entró por Willian José y la tuvo en un gran servicio de Ayoze, pero le cayó a la zurda y chutó alto (75’). El joven atacante también pudo asistir al canario poco después, pero eligió mal, a Rodri, a la derecha (83’).

En esos estertores del intenso choque, Chadi le regaló una ocasión a Sadiq que Pezzella corrigió con un leve toque (85’) y Rui Silva paró con el pie un último tiro de Kubo (89’).

Todo acabó como empezó. O no: 93 minutos después, quedó la evidencia de que el Betis de Pellegrini, como siempre, encaja el golpe, se rehace, se levanta y retoma el camino. El jueves llega el torrencial Girona de Míchel para otro exigente examen y faltará el sancionado Isco. A ver.

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