La huelga de funcionarios de prisiones ha impedido que dos de los tres acusados de matar a una anciana de San José de la Rinconada para robarle y a la que cuidaba una de los procesados, al no haber sido posible traslador a dos de ellos desde la cárcel. El juicio, que comenzó el viernes con la configuración del jurado popular que enjuiciará a los tres proceseados ha sido, de nuevo, pospuesto para mañana después de esperar más de una hora el traslado de los acusados.

Al ser un juicio con jurado popular ya iniciado, los miembros cobrarán la compensanción que les corresponde al haber comparecido en el juzgado, pese a que el juicio no se haya celebrado.

Antecedentes

El crimen que se juzga a partir del miércoles fue perpetrado el 20 de noviembre de 2016 en una vivienda de La Rinconada habitada por P.M.Z., víctima del asesinato y de 90 años de edad, siendo descubiertos los hechos cuando los familiares de la mujer sospecharon de que no respondiese a las llamadas a la puerta de su hogar.

Después de que fuesen alertadas las autoridades, agentes de la Guardia Civil accedieron al inmueble, descubriendo el cadáver de la anciana con quemaduras en la cara producidas por la acción de un pañuelo impregnado en un líquido corrosivo y cinta americana para tapar su boca. A cuenta del crimen, arrancó la denominada operación Azano, bajo la premisa de que el móvil de los autores de los hechos era el robo, si bien los mismos habrían huido precipitadamente de la casa sin lograr consumar la sustracción.

Casi un año después del crimen, en noviembre de 2017, eran detenidas dos personas por su presunta relación con los hechos. Se trata de J.M.P., varón de 42 años de edad en el momento de su arresto y nacido en la República Dominicana, y su pareja sentimental, J.M.A.B., de 32 años entonces y nacionalidad nicaragüense, ambos vecinos de Mairena del Aljarafe.

Además, los agentes conectaron el crimen con una tercera persona que ya estaba en prisión por otros hechos diferentes, toda vez que según los investigadores, estas personas habrían conocido que la víctima tenía cierta fijación por guardar sus pocos ahorros en casa, así como sus hábitos y costumbres, al haber trabajado J.M.A.B. como asistente para la mujer.

Esta cuidadora facilitó a su pareja sentimental la información sobre dónde guardaba el dinero la fallecida y los posibles momentos en los que se encontraría sola, organizando ambos el asalto junto con la persona que se encontraba ya en prisión por otros hechos, según los investigadores.