Triple crimen de Dos Hermanas

La esposa y el padre del Pollino piden la libertad sin fianza

  • Afirman que no tienen riesgo de fuga

  • Alegan drogadicción y tres causas de “nulidad radical”

Traslado de dos de los acusados por el triple crimen

Traslado de dos de los acusados por el triple crimen / Juan Carlos Vázquez

La esposa y el padre del Pollino, que se enfrentan a tres condenas de prisión permanente revisable por el triple crimen de Dos Hermanas, han pedido la libertad sin fianza porque afirman no tener riesgo de fuga y han alegado tres motivos de “nulidad de pleno derecho” que obligaría a dictar “una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables”.

La esposa del Pollino, Elisa F.H., y el padre, Ricardo G.G., alias el Cabo, han presentado un escrito de defensa conjunto previo al juicio con jurado que se celebrará en los próximos meses en la Audiencia de Sevilla. En él se enfrentarán a tres condenas de prisión permanente por el asesinato del ciudadano turco Mehmet Demir, su esposa Sandra Capitán y la hija de esta última, una niña de seis años.

Elisa y Ricardo piden quedar libres sin fianza o con una cantidad “adecuada a sus posibilidades económicas” ya que no existe “ninguno de los peligros que señala la doctrina”:  riesgo de fuga, gravedad de la pena a imponer, conducta anterior y peligro de supresión de pruebas.

Argumentan además la “nulidad de pleno derecho” de los autos que autorizaron la intervención de sus teléfonos porque se basaron en “suposiciones policiales sin soporte delictivo alguno”, del registro efectuado en la calle Cerro Blanco de Dos Hermanas tras el crimen allí ocurrido del 16 de septiembre de 2017 y además por “incompetencia territorial del juzgado instructor”.

Por ello, solicitan que se acuerde la nulidad de las actuaciones y “se dicte sentencia absolutoria con todo tipo de pronunciamientos favorables”.

Elisa y Ricardo “no tuvieron participación alguna” en el crimen y fueron “totalmente ajenos”. Su imputación se basó en las declaraciones de dos de los otros siete procesados que solo pretenden “favorecer su propia situación”.

Respecto de Elisa, su defensa afirma que cuando se produjo el crimen estaba separada del Pollino, aunque a continuación indica que “vivía en casa de sus suegros con sus dos hijos menores de edad”.

En caso de Ricardo G.G.,  la defensa pide que se le aplique la atenuante de drogadicción pues estaba siendo tratado de su adicción a la heroína mezclado con cocaína, al igual que su hijo Ricardo G.H., alias Pollino, que se enfrenta a las mismas peticiones de condena por un crimen derivado de una deuda por drogas.

El Cabo es una "persona enferma con pérdida de visión severa, retinopatía diabética y enfermedad del sistema endocrino-metabólico”, por lo que percibía  una ayuda social en reconocimiento de una discapacidad del 75%.

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