Los tres acusados dicen que no estaban en el piso cuando murió la anciana

Juicio con Jurado

La ex pareja de uno de los acusados de matar a una anciana en San José de la Rinconada en 2016 declara que éste le confesó "cuando estaba muy tomado" que habían ido a robar a una casa "y algo salió mal"

Los tres acusados de matar a una anciana en San José de la Rinconada, en el banquillo.
Los tres acusados de matar a una anciana en San José de la Rinconada, en el banquillo. / Belén Vargas

Tras dos días de aplazamientos porque la huelga de funcionarios de prisiones impidió el traslado de uno de los acusados hasta el juzgado, se ha celebrado el primer día de la vista del asesinato de la anciana en San José de la Rinconada en 2016. Los tres acusados, que han declarado ante el tribunal del Jurado han asegurado que no se encontraban en el piso propiedad de la víctima el 20 de noviembre de 2016.

Mientras que la pareja formada por J. d S. y J. M. alega que esa tarde él estaba en un bar de la Macarena y ella en el piso de una amiga en el Polígono Norte, el tercero de los acusados, Basilio D., declaró que etaba con José d S. y otra persona más realizando un negocio "que no vi muy claro y me volví a Sevilla en el coche de un comercial que me recogió en la carretera". El acusado J. d S. reconoció que durante un periodo de media hora estuvo fuera del bar porque tuvo que acercar unas llaves a Mairena del Aljarafe

El abogado de Basilio D. , Miguel Ángel Fernández anunció en las alegaciones previas que con las mismas pruebas que el fiscal y la acusación particular "vamos a demostrar que no existió participación en los hechos por parte de su defendido, ni en el robo, ni en la muerte de la anciana". Por otro lado, la defensa de José de S. y Jacquelín M., Antonio Vasco Gómez, señaló que sus clientes llevan un año en prisión preventiva "porque son la solución fácil a un tema complejo".

Sin embargo, la declaración de una testigo, que en 2016 era pareja del procesado Basilio D., desmontó el testimonio de este acusado al señalar que en enero de 2017, "cuando estaba muy tomado (ebrio) me dijo que Jacquelín le había comentado a José d S. ir a una casa a robar donde Jacquelín trabajaba y la cosa había salido mal en San Juan. Ellos habían hecho todo el plan y él se habia quedado abajo". La testigo, que entonces vivía en El Pedroso con el acusado y tenía dos hijas de corta edad, al día siguiente intentó buscar información pero no encontró ningún suceso referido a San Juan. "Cuando le dije que estaba preocupada por lo que me contó me dijo que me olvidara de todo eso por mi bien y el de mi hija".

La defensa de Jacqueline M. y José d S., en su línea de demostrar que habia otras vías de investigación que fueron desechadas, preguntó a otra de las testigos, viuda de un sobrino de la víctima, si sospechó de su entonces pareja, a lo que esta contestó afirmativamente.

Relación con la víctima

La acusada Jacqueline M. trabajó durante diez días como cuidadora de la anciana, que era soltera y tenía unos 90 años. Varios testigos calificaron a la víctima como "muy desconfiada" y con unas costumbres un tanto "especiales" que hacían que cambiara a menudo de asistenta. De hecho, nunca dejaba las llaves de su casa a la persona que la acompañaba. Además, unos días antes, habían cambiado la cerradura tras no encontrar las llaves y tener que venir otro familiar a abrir por la mañana (dormían con la llave echada).

Tanto la acusada como una de las testigos confirmó la existencia de una caja de caudales en un armario de la habitación que ella ocupaba en la casa donde la anciana guardaba joyas y dinero.

Conocidos, pero no tanto

Sobre la relación existente entre los tres acusados, Jacqueline M. aseguró que no conocía a Basilio D. hasta unos 15 días antes del día de los hechos, incluso reconoció que no le caía bien. Sobre desde cuando se conocía y la relación que tenían los tres, aunque tanto la ex pareja de Basilio D. como él mismo decía que eran amigos desde hace tiempo, los otros dos acusados establecen como la primera vez que se conocieron el 6 de noviembre de 2016.

Por su parte, José d S. sólo respondió a las preguntas de su abogado. Sobre la víctima, dijo que no había hecho nunca daño a nadie y que Jacqueline M. siempre le habló "con dulzura de esa mujer, sólo me dijo que era muy mandona". La defensa recordó que, a pesar ambos de nacionalidad extranjera, él de República Dominicana y ella de Nicaragua, y tener posibilidad de vivir con cierta holgura en sus países de origen permanecieron en España. Hay que tener en cuenta que la investigación duró un año.

El por qué de la huella

El tercero de los acusados, Basilio D., cuya huella fue encontrada en el timbre de la vivienda de la víctima, declaró que el 20 de noviembre de 2016 le llamó José d S. para recogerlo en su casa, acompañado de otra persona "a la que no conocía" . En su relato explicó que en un momento determinado del recorrido, José d S les pidió que quitaran la batería del móvil. "Me bajé del coche en una vía auxiliar y me volví con un comercial que me recogió para llegar hasta Sevilla antes de pasar por La Algaba y el Polígono el Manchón". El acusado dio una peculiar versión de por qué se encontró su huella en el timbre de la vivienda de la víctima. Según Basilio D. "unos meses antes había ido con José d S. a llevar a trabajar a Jacqueline y ésta se dejó el bolso en el automóvil. Ella se lo dejó olvidado y yo se lo subí, llamé al timbre y por eso estaba allí mi huella".

También se encontró una huella de Basilio D. en la cinta americana que tenía la víctima alrededor del cuello. En esta ocasión, el acusado justifica la presencia de este rastro porque "ayudaba a José d S. en algunos trabajos como mecánico" y a lo mejor la había tocado con antelación. El procesado, además, declaró haber recibido amenazas por parte de la pareja y por eso no había hablado antes.

En referencia a la cinta americana encontrada en la víctima, se leyó la prueba preconstituida del propietario del bazar donde supuestamente se compró, aunque no hay grabaciones de seguridad que lo corrobore.

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