Carmona

El fiscal del juicio por la muerte del comerciante chino en Carmona: "Alfonso acabó con la vida del señor Wan por 5 euros, eso es lo que vale la vida para él"

  • El acusado insiste en que mató a Jian Lin Wan porque "le sacó un arma y tuvo que defenderse", aunque esa tijera o cúter al que alude nunca apareció

El acusado de matar a un comerciante chino en Carmona

El acusado de matar a un comerciante chino en Carmona / Joaquín Corchero/EP

El fiscal del juicio contra contra Alfonso G. R., conocido como Gonso, acusado de matar a un comerciante chino en Carmona tras llevarse sin pagar dos botellas de su establecimiento, ha expresado de una forma muy gráfica la falta de empatía que tiene el acusado, de quien dijo que es "una persona peligrosa, de esas con las que no te gustaría cruzarte por la calle". Es más, dirigiéndose a los miembros del jurado, les recordó que acabó con la vida de Jian Lin Wan "por cinco euros". "Eso es lo que vale la vida para él", añadió. 

El acusado, que cuenta con más de 60 antecedentes penales, fue descrito por el psiquiatra forense como una persona con trastorno antisocial de la personalidad "que distingue perfectamente el bien del mal". Incluso añadió que en el momento de los hechos "sabía perfectamente lo que había hecho", como por otra parte, el mismo Gonso dijo durante su declaración en la primera sesión del juicio. De hecho, la facultativa que lo atendió en el primer momento tras la detención, constató que se encontraba "consciente, orientado y colaborador, y no tenía síntomas de síndrome de abstinencia o consumo de droga", aseguró a preguntas del fiscal. 

El representante del Ministerio Público, durante su informe final antes de la entrega del objeto del veredicto al jurado, explicó que el acusado sólo había dicho la verdad en dos ocasiones: cuando afirmó que sabía lo que hacía y cuando afirmó que llevaba la bolsa con las botellas en la mano izquierda. Lo calificó como una persona "tendente a la manipulación y con falta total de empatía" que "anuló la posiblidad de defenderse de la víctima". 

El letrado de la acusación particular recordó que los únicos que habían señalado que Gonso había consumido droga ese día fueron el propio acusado, la hermana y la madre. "El resto de testigos ven cómo anda y se comporta de una manera agresiva pero normal, sin tambalearse ni mostrar ningún efecto de estar bajo la cocaína, heroína o sustancias farmacológicas".

Por su parte, el letrado de la defensa puso en cuestión el testimonio de los cinco turistas que presenciaron cómo fue el forcejeo entre víctima y acusado, puesto que por las explicaciones de dónde estaban, "se encontraban al menos a 32,5 metros del lugar de los hechos, según el Google Earth". Desde esa distancia, la testigo que afirmó ver cómo Alfonso G. R. se sacaba un cuchillo del antebrazo izquierdo "no pudo ver una hoja de 7 cm".

"Contar su verdad"

El acusado, que se ha llevado todo el juicio "queriendo contar su verdad" con varias interrupciones "al no estar correctamente medicado" según su letrado, hizo uso del derecho a la última palabra para volver a afirmar que no ha matado a nadie "por matar" y que ha robado, "pero nunca he llevado arma". Añadió que todo era "una estrategia para que el jurado piense que soy un animal". Según el acusado, el día de los hechos "iba drogado, empastillado y borracho".

Sobre la intención de matar, expuso que en la cárcel "habia aprendido técnicas" y que si hubiera querido matar, "no necesito armas, le machaco la nuez o le hago un mataleón". El acusado, dirigiéndose al jurado, le pidió que se le ayude en un centro terapéutico "porque si soy carne de presidio, cuando salga lo mismo mi padre se ha muerto o mi hijo ya se ha casado". Su víctima, Jin Lin Wan era padre de dos hijos y tenía 51 años cuando lo mataron. 

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