La mujer del bético Joaquín asegura que su ex administrador tenía "poderes absolutos" para manejar su patrimonio

Apropiación indebida

Susana Saborido niega haber recibido entregas en metálico del antiguo administrador del futbolista, quien gestionó la adquisición de todos los bienes de Joaquín, como un apartamento en Palm Beach (Florida) como inversión.

Asegura que el acusado y su mujer "alardeaban de su nivel de vida" y hablaban de "marcas o firmas" que ella no conocía en ese momento.

Joaquín sale de los juzgados de Sevilla junto a su mujer.
Joaquín sale de los juzgados de Sevilla junto a su mujer. / Víctor Rodríguez

La mujer del futbolista del Real Betis Joaquín Sánchez ha asegurado este martes, en la continuación del juicio contra su antiguo administrador Eduardo Fernández Triviño, que está acusado de haberse apropiado presuntamente de 1,3 millones de euros, que el acusado tenía "poderes absolutos" para manejar el patrimonio de su marido y éste confiaba "plenamente" en el procesado.

En su comparecencia ante los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, Susana Saborido ha asegurado que "toda" la gestión de sus asuntos las llevaba su antiguo administrador, Eduardo Fernández Triviño, que era la "persona de confianza" de su marido y quien gestionaba la sociedad Chino Seventeen, que Joaquín creó en 2003 y en la que el administrador tenía "poderes absolutos". Su marido "hacía lo que le decía Eduardo, porque creía que estaba en buenas manos" y era muy joven, ha subrayado.

Susana Saborido ha explicado que mantenía un trato "cordial" con Eduardo Fernández Triviño -que no tiene nada que ver con el actual representante del jugador, Eduardo Espejo- y con su esposa, que también se sienta en el banquillo como responsable civil, aunque no tenía con esta pareja una relación "ni personal ni íntima", ha precisado. "Mi marido confiaba plenamente en Eduardo, porque él se dedicaba a jugar al fútbol y tenía 22 años", ha añadido la esposa de Joaquín Sánchez, que ha señalado que su marido siempre le decía que le parecían bien las inversiones en la adquisición de naves industriales o inmuebles que le proponía el administrador, quien también se encargaba de las reformas en sus casas o la compra de mobiliario.

La fiscal del caso le ha preguntado a la testigo si el administrador le hacía entrega de cantidades en efectivo a ella. "Jamás me ha entregado dinero en metálico, ni ha ido a mi casa a entregarme alguna cantidad", ha aseverado Susana Saborido, que ha negado haber realizado una disposición en efectivo de 12.000 euros para pagar un crédito del padre de Joaquín, como sostiene la defensa.

La esposa de Joaquín Sánchez -quien ha escuchado en la sala de vistas la declaración de su mujer- ha insistido en que todas las inversiones las gestionó Eduardo, como la compra como "inversión" de un apartamento en Palm Beach (Florida), o de un caballo que tuvo durante un tiempo que no llegó a un año. También ha precisado que el administrador ahora acusado se encargaba de la contratación de los albañiles para la obra que hizo en su vivienda, que duró unos cinco o seis meses.

A preguntas de su abogado, la mujer de Joaquín ha comentado que Eduardo y su esposa, con lo que salían "a veces" a cenar juntos los cuatro, tenían un "alto nivel económico y alardeaban de su nivel de vida", llegando a señalar que había cosas que "se podían permitir que ella ni sabía que existían en aquel entonces", y así ha puesto como ejemplo que ella con 28 años no sabía lo que eran marcas y firmas como Louis Vuitton, Gucci, o Mercedes.

Ha dicho asimismo que Joaquín permitía que Eduardo, que cobraba unos 3.000 euros mensuales, condujera un Mercedes suyo, y ha añadido que su marido en ocasiones cobraba "en efectivo" del club y esas cantidades las guardaba en casa o se las entregaba a Eduardo para que las ingresara en una cuenta porque le daba miedo tener tanto dinero en casa.

El ex administrador "no se sentía valorado por Joaquín" y pedía más dinero

También ha relatado cómo en una ocasión, cuando ya Joaquín había sido traspasado al Valencia, fueron a visitarla a su casa Eduardo y su mujer, y se produjo una discusión porque Eduardo "no se sentía valorado por Joaquín" y ella le contestó si "pretendía ganar más dinero que Joaquín", pidiéndoles que se marcharan.

La defensa del ex administrador le ha preguntado si en realidad no tenían una relación de "compadres" Eduardo y Joaquín, y también cuestionó si las relaciones entre ambos no se agriaron porque Eduardo le reclamaba una comisión por el traspaso al Valencia, a lo que la mujer del futbolista ha contestado diciendo que el administrador, del que reconocer que fue padrino de un hijo suyo, "siempre estaba reclamando algo".

Firmas falsas en nueve reintegros

En la sesión de hoy también ha declarado un inspector de la Policía Nacional que examinó nueve reintegros bancarios realizados en las cuentas del futbolista y en las que se falsificó la firma del centrocampista del Real Betis. El perito ha afirmado que comparando las nueve firmas hay una "falta de homogeneidad" y no coinciden con las del jugador, aunque el experto ha indicado que no se puede afirmar que sean uno varios los autores de estas "firmas falsas".

Un perito aportado por la acusación particular ha coincidido en la falsedad de las firmas, aunque ha señalado que pueden ser "dos autores o manos distintas" las que están detrás de esas falsificaciones. Así, ha afirmado que hay una firma que no tiene "ningún parecido" a la de Joaquín, que es "inventada", y las restantes "tratan de imitar" su firma.

El jugador Joaquín Sánchez prestó declaración en marzo pasado ante los magistrados de la Audiencia de Sevilla, en calidad de testigo y como querellante por estos hechos.

Joaquín acusa a su antiguo administrador de un delito de apropiación indebida, por haberse apoderado supuestamente de 1.300.000 euros. Eduardo F. T., que intervino en el traspaso de Joaquín al Valencia en el año 2006, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de Sevilla de cuatro años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida, en el que el Ministerio Público aprecia el subtipo agravado en función de la cuantía de la supuesta apropiación, al superar los 50.000 euros.

En su declaración en el juicio, el centrocampista bético ratificó la querella y las acusaciones contra su antiguo administrador, aunque admitió que ordenó algunos de los pagos cuya apropiación se atribuyen al gestor, por lo que es probable que al final la cuantía supuestamente apropiada sea inferior a esos 1,3 millones que inicialmente figuran en el escrito de la acusación pública.

Como curiosidad, el juicio por la estafa a Joaquín se está celebrando en la Sección Tercera de Sevilla, que preside el magistrado Ángel Márquez, quien también enjuició y absolvió en su día al ex mandatario del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera en el denominado caso Betis, y además la fiscal del caso, Margarita Viera, es la misma que en su momento acusó a Lopera en ese proceso.

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