Ocho condenados por robar gasoil de un oleoducto

Audiencia Provincial de Sevilla

Imagen de la intervención del gasoil
Imagen de la intervención del gasoil / M. G.

Después de siete años, siete de los ocho acusados de pertenecer a una banda dedicada al robo de gasoil mediante el método del picaje a un oleducto han sido condenados a 24 meses de prisión por el delito de robo, 14 meses y una multa de 1.200 euros por el delito de riesgo de explosión y seis meses por el de organización criminal. Aunque en principio había nueve procesados, la acusación particular que ejercía la empresa CLH, retiro los cargos contra la única mujer encausada. También ha retirado la imputación del delito contra el medio ambiente para los acusados.

La sentencia, que es firme, y ha sido in voce por el magistado, es fruto de una conformidad entre las partes. El juez ha apreciado la atenuante de dilaciones indebidas teniendo en cuenta que la Guardia Civil desmanteló esta organización en octubre de 2013.

Por su parte, el Fiscal no se ha opuesto a la suspensión extraordinaria de la pena, por lo que los condenados no entrarán en prisión si durante los próximos tres años no cometen delito alguno. Asimismo, tienen que pagar una multa de 500 euros. En este sentido, el magistrado ha advertido a los acusados que "no vale todo para obtener beneficios" y les ha recordado que la manipulación de estas sustancias es perjudicial para el entorno y peligroso para ellos. "Han obtenido una rebaja sustancial de la pena gracias a la pericia de sus abogados, pero no va a volver a suceder", ha afirmado el magistrado.

Asimismo, se ha recalculado el perjuicio ocasionada a CLH, que asciende a 35.760 euros.

La banda, que estaba integrada por españoles, y dos ciudadanos de países del Este, habían utilizado el método de picaje (perforar la tubería) para robar gasolina, gasóleo y queroseno de los oleoductos que abastecen a Sevilla desde las refinerías de Huelva con una red de transporte y distribución perfectamente organizada.

La Fiscalía les imputaba a cada uno de ellos un delito continuado de robo con fuerza, otro de riesgo de explosión por manipulación de sustancias inflamable y otro de pertenencia a grupo criminal. Según el ministerio público, los acusados perforaban el oleoducto para robar el gasoil "a sabiendas de que se trataba de una sustancia inflamable con riesgo de explosión dado que manipulaban de forma deficiente la conducción, corriéndose el riesgo de que se pudiera activar con una simple chispa, lo que hubiera provocado una atmósfera explosiva con gran riesgo para la integridad física y las propiedades en su radio de acción".

La operación llevada a cabo por la Guardia Civil entre julio y septiembre de 2013, comenzó a principios de ese año y se saldó con la detención de 15 personas y la intervención de siete vehículos y de 6.500 litros de gasoil, valorados en 10.000 euros. La Guardia Civil calculó entonces, por la infraestructura de la que disponían, que los delincuentes sustrajeron cientos de miles de litros de combustible desde dos años antes. En concreto, los agentes pararon el camión que conducía uno de los acusados porque estaba hablando por el móvil y al comprobar el vehículo encontraron 6.000 litros de gasoil que al analizarlo, se comprobó que aún no tenía los aditivos con los que se trata esta sustancia en la refinería.

Las perforaciones no siempre fueron discretas. Una vez el combustible salió en forma de géiser, debido a la altísima presión a la que va por el oleoducto, y en otra ocasión se produjo un vertido a un arroyo, cerca de Coria del Río, donde se perdieron más de 20.000 litros.

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