Audiencia

La Fiscalía pide nueve años de cárcel para ocho acusados de robar gasoil de un oleducto

Un agente de la Guardia Civil con una de las furgonetas intervenidas

Un agente de la Guardia Civil con una de las furgonetas intervenidas / M. G.

Siete años después de que la Guardia Civil detuviera en la operación Carafe (jarra en francés) a 15 miembros de una organización especializada en el robo de combustibles mediante la perforación de oleoductos, la Audiencia Provincial de Sevilla tiene previsto juzgar a ocho de ellos a partir del próximo 17 de diciembre. En un principio, la vista estaba señalada para el 23 de noviembre pero se ha aplazado hasta el próximo mes.

La banda, que estaba integrada por españoles, y dos ciudadanos de países del Este, habían utilizado el método de picaje (perforar la tubería) para robar gasolina, gasóleo y queroseno de los oleoductos que abastecen a Sevilla desde las refinerías de Huelva con una red de transporte y distribución perfectamente organizada.

La Fiscalía les pide a cada uno de ellos la pena de cinco años de cárcel por un delito continuado de robo con fuerza, a lo que suma la solicitud de tres años de prisión por el delito de riesgo por manipulación de sustancias inflamables, a lo que suma una multa de 3.600 euros. También les imputa el delito de pertenencia a grupo criminal, por lo que pide para los acusados un año y seis meses de prisión.

Según el escrito de la Fiscalía, los acusados realizaban esta acción "a sabiendas de que se trataba de una sustancia inflamable con riesgo de explosión dado que manipulaban de forma deficiente la conducción, corriéndose el riesgo de que se pudiera activar con una simple chispa, lo que hubiera provocado una atmósfera explosiva con gran riesgo para la integridad física y las propiedades en su radio de acción".

La operación llevada a cabo por la Guardia Civil entre julio y septiembre de 2013, comenzó a principios de ese año y se saldó con la detención de 15 personas y la intervención de siete vehículos y de 6.500 litros de gasoil, valorados en 10.000 euros. La Guardia Civil calculó entonces, por la infraestructura de la que disponían, que los delincuentes sustrajeron cientos de miles de litros de combustible desde dos años antes.

Las perforaciones no siempre fueron discretas. Una vez el combustible salió en forma de géiser, debido a la altísima presión a la que va por el oleoducto, y en otra ocasión se produjo un vertido a un arroyo, cerca de Coria del Río.

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