El consejero de Turismo, Regeneración y Justicia, Juan Marín, dijo este jueves en el parlamento que la Junta ha abierto una investigación interna y ha puesto en conocimiento de la Fiscalía la incineración por error de un cadáver en el tanatorio de Sevilla. El consejero atribuyó en principio lo sucedido a un “lamentable error humano”.

Marín compareció en la correspondiente comisión del parlamento andaluz para responder a una pregunta de Mercedes Gámez (PSOE) sobre la confusión de cadáveres y la incineración por error en febrero pasado de Dimytro K., un hombre de nacionalidad ucraniana y 38 años de edad que falleció a mediados de enero de sobredosis pero unos días antes había sido apuñalado por su madre. 

La diputada calificó lo sucedido como una “concatenación de errores” que atribuyó a la “falta de control, ausencia de un protocolo para la identificación de cadáveres para su salida y el total abandono”. Con ello se impide concluir los estudios que arrojen luz sobre un posible homicidio y además entregaron las cenizas a la familia equivocada, que las esparció según voluntad del difunto, con lo que la madre del incinerado se quedó “sin los restos de su ser querido”.

Juan Marín respondió que “los mecanismos de control que hay son los que han existido siempre,  exactamente los mismos que se llevan a cabo en Andalucía desde hace 30 años”.

Informó de que la Junta ha comunicado lo sucedido a la Fiscalía y se ha producido una apertura de diligencias judiciales que está pendiente de resolución, por lo que hasta que no se produzca “nosotros no podremos tampoco estimar quién ha sido el responsable de ese error, que previsiblemente ha sido un error humano y yo, como todos los ciudadanos, lo lamento”.

También la dirección General de la Oficina Judicial y Fiscal de la Junta ha abierto su propia investigación que ahora está “en la más absoluta confidencialidad” pero cuando exista un informe definitivo “se actuará en consecuencia”.

Con respecto a la custodia y retirada de los cadáveres, explicó el consejero que el médico forense responsable de las autopsias es también el encargado de supervisar el grabado de la etiqueta en el sudario, lo que es realizado por los auxiliares. “El cuerpo está perfectamente identificado desde su llegada al servicio hasta su retirada por la funeraria”, afirmó Marín.

La empresa funeraria encargada de la retirada del cadáver -añadió- se persona luego en el Servicio de Patología, se le informa de la cámara frigorífica en la que se encuentra el cadáver y se le entrega copia de la etiqueta identificativa que coincide con la grabada en el sudario para que se coteje su identidad.

Es entonces cuando se procede al reconocimiento del cuerpo por un familiar en una sala destinada a tal efecto. “Este es el procedimiento, el mismo de siempre”, declaró el consejero.

En un informe entregado al juzgado, el jefe del Servicio de Patología Forense atribuyó lo sucedido un un error "achacable totalmente" a la funeraria Servisa.