Casos sin resolver en Sevilla

El crimen sin castigo de la pequeña Maribel

  • El único acusado fue absuelto en 1973 por falta de pruebas, en una sentencia que no recurrió la Fiscalía

El detenido Antonio Manzano Beato

El detenido Antonio Manzano Beato / Fototeca Municipal. Fondo Cubiles

El 28 de marzo de 1972 -Martes Santo- una niña de dos años y ocho meses de edad de la barriada de La Oliva desapareció cuando jugaba en la calle y al día siguiente fue encontrada estrangulada y con signos de violación post mortem en las proximidades de la Universidad Laboral (hoy Universidad Pablo de Olavide).

No fue hasta finales de abril cuando fue detenido el único sospechoso, Antonio Manzano Beato, de 38 años, un hombre con antecedentes por delitos sexuales contra una niña en 1963 y que había estado internado en el Psiquiátrico de Miraflores hasta que se fugó en octubre de 1970.

El público aguarda para entrar al juicio en la Sección Tercera de la Audiencia El público aguarda para entrar al juicio en la Sección Tercera de la Audiencia

El público aguarda para entrar al juicio en la Sección Tercera de la Audiencia / Fototeca Municipal de Sevilla

El juicio comenzó el 26 de noviembre de 1973 en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, que -como ilustra la foto de este reportaje- no solo ocupaba la misma planta y sala de la actualidad, sino que los rótulos de las paredes siguen siendo los mismos, 46 años después.

La niña María Isabel Segura (Maribel) había estado con sus padres viendo procesiones cuando, de regreso a casa, los adultos pararon a las 23.15 horas a consumir unas bebidas en un bar de La Oliva. La niña se quedó en la calle jugando con su hermana de 9 años y otra niña de 10.

Las dos mayores, cansadas, entraron también en el bar y Maribel se quedó sola en la calle hasta que, a los pocos minutos, los adultos se percataron de su desaparición y se lanzaron en su búsqueda. 

El cadáver fue hallado a las 8:30 de la mañana siguiente, desnudo y con la ropas esparcidas por las proximidades. Estaba en una hondonada de la carretera de la Universidad Laboral,  a unos 400 metros del lugar donde desapareció. Había sido estrangulada y su cuerpo presentaba signos de violación post mortem, mordeduras humanas y otras contusiones.

En el juicio, el fiscal pidió un total de 20 años y seis meses de cárcel por delitos de asesinato y abusos deshonestos con las agravantes de reincidencia, nocturnidad y descampado, así como la eximente de trastorno mental.

Los magistrados del tribunal fueron Tomás del Castillo Talero (presidente), Diego de la Concha Pinzón y José Illescas Melendo. El 30 de noviembre de 1973 emitieron su sentencia,  en la que absolvieron a Antonio Manzano por falta de pruebas: sus rasgos físicos, altura y peso eran radicalmente opuestos a los descritos por las niñas que jugaban con Maribel sobre un hombre que las había estado observando. 

Además, su confesión ante la Policía se había producido cuando llevaba varios días de abstención pese a su alcoholismo crónico.  

Manzano, según los hechos declarados probados en la sentencia, tenía su domicilio en el polígono San Pablo, barriada muy distante de aquella donde ocurrieron los hechos, y no consta acreditado que frecuentara La Oliva. 

La defensa fue ejercida por Celso Sosa Álamo, que varios años después, en 1984, fue candidato a decano del Colegio de Abogados de Sevilla aunque finalmente salió elegido Manuel Rojo Cabrera.

En enero de 1974, la absolución quedó confirmada porque la Fiscalía del Tribunal Supremo no formalizó el recurso de casación preparado por el fiscal de la Audiencia de Sevilla.

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