Maltrato animal

Doce meses de cárcel por maltratar a una camada de perros

  • Murieron seis de los ocho cachorros a los que amputaron el rabo sin sutura

  • La condena incluye participar en un programa de protección animal

Una camada de cachorros abandonados

Una camada de cachorros abandonados

Tres vecinos de Alcalá de Guadaira han sido condenados a doce meses de prisión por un delito de maltrato animal. Según la sentencia, amputaron el rabo a los ocho cachorros de una camada de perro de agua “sin la intervención de un veterinario, sin los más mínimos conocimientos de asepsia y cirugía y sin realizar sutura alguna”.

Como consecuencia de ello, murieron seis de los ocho cachorros y solo sobrevivieron dos que fueron llevados al veterinario por una asociación protectora de animales que los recogió.

La sentencia del juzgado penal 7 de Sevilla, a la que ha tenido acceso este periódico, indica que los acusados -un matrimonio y su hija- se encargaban del cuidado y cría de perros en una nave de Alcalá de Guadaira.

Una inspección de la Guardia Civil localizó  cuatro perros de agua, tres de ellos hembras y un macho, un cachorro de mastín, un yorkshire terrier, un mastín, un bodeguero, un mastín cruzado con labrador y un perro de raza cruzada. Solo seis de ellos poseían documentación.

Según la sentencia, a principios de diciembre del año 2015 una de las hembras de perro de agua parió una camada de ocho cachorros y una de las acusadas se puso en contacto con la protectora de animales Proyecto Noa para que se hiciese cargo de parte de ellos.

Dos colaboradoras de la asociación acudieron a la finca el 10 de diciembre de 2015 y comprobaron que “los acusados, ignorando la prohibición legal existente, habían practicado a los ocho cachorros la amputación del rabo, realizada sin la intervención de un veterinario y sin los más mínimos conocimientos de asepsia y cirugía, sin realizar sutura alguna a nivel caudal por lo que los animales tenían expuestas sus últimas vértebras, con el riesgo de osteomielitis y septicemia que ello conlleva”.

La amputación también suponía un padecimiento para los animales y un “importante riesgo” para su salud, según el juez.

De los ocho cachorros, la asociación se llevó cuatro, que fueron atendidos inmediatamente por un veterinario aunque solo sobrevivieron dos y los otros dos fallecieron como consecuencia de la infección que les había provocado el corte del rabo.

Los otros cuatro cachorros que se quedaron en poder de los acusados fallecieron todos ellos a consecuencia de la amputación ya que no recibieron ningún cuidado veterinario, según los hechos que fueron reconocidos por los procesados.

El juicio no llegó a celebrarse y la sentencia impone a cada uno de los acusados doce meses de prisión, tres años de inhabilitación para cualquier oficio que tenga relación con animales y el pago a Proyecto Noa de los cien euros que gastaron en la atención a los cachorros.

La sentencia fue dictada de viva voz y acuerda la suspensión del ingreso en prisión siempre que los acusados no cometan ningún delito en el plazo de dos años y abonen la responsabilidad civil.

Parte de la condena consiste en su participación en un programa formativo en materia de protección de animales a seguir en la entidad que se determine en ejecución de sentencia. 

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