Mairena del Aljarafe

Condenado un guardia civil por falsificar una orden de registro

  • Querían robar tabaco de contrabando con ayuda de chalecos y placas de la Guardia Civil

Un operativo de la Guardia Civil

Un operativo de la Guardia Civil / Antonio Pizarro

Un guardia civil de Mairena del Aljarafe ha sido condenado a dos años de cárcel por falsificar un mandamiento judicial de entrada y registro. Según la Audiencia de Sevilla, también compró dos chalecos con el anagrama de la Guardia Civil y dos carteras portaplacas que fueron usados para simular un registro en un bar donde dos suplantadores esperaban apoderarse de una partida de tabaco de contrabando.

El acusado D.R.V. estaba destinado en la Policía Judicial de la Guardia Civil de Mairena y elaboró un falso  mandamiento judicial mediante fotocopia en la que estampó un sello del juzgado de lo penal 12, que previamente había escaneado de una citación que le había llegado, y puso otro sello de “Copia” que estaba a su disposición en su cuartel.

En mayo de 2016 había comprado en una tienda de uniformes dos chalecos reflectantes y dos carteras portaplacas con el anagrama de la Guardia Civil.

Valiéndose de todos estos objetos, personas desconocidas se dirigieron a principios de mayo de 2016 al bar donde sospechaban que había tabaco de contrabando, del que pensaban apoderarse haciéndose pasar por agentes de la Guardia Civil.

No obstante, no llegaron a realizar inspección alguna ni exhibieron el documento de entrada y registro porque el propietario del bar les dijo que no tenía nada y que les permitía el acceso, según la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico.

Los chalecos, las carteras portaplacas y el falso mandamiento judicial fueron localizados por la Policía Nacional dentro de una misma bolsa durante un  registro en otro comercio donde sospechaban que se vendía tabaco ilegal.

Aunque durante el juicio el agente negó su participación en los hechos, la Audiencia afirma que existen varios indicios contra él, en especial que no pudo dar una explicación al hallazgo del auto judicial en la bolsa con sus pertenencias y que todos los elementos usados para la falsificación estaban a su disposición en el cuartel donde trabajaba.

En el juicio atribuyó la denuncia a enemistades en el propio cuerpo pero la Audiencia responde que tal argumento “no se sustenta” pues la investigación no fue iniciada por sus compañeros sino por la Policía Nacional.

La compra de los chalecos y las placas “resulta anómalo” pues un compañero expresó en el juicio que lo normal es que todo ello se suministre por el propio cuerpo.

El guardia civil se enfrentaba a una petición inicial de seis años de cárcel por otros delitos de usurpación de funciones públicas y estafa en tentativa pero se ha visto libre de ambos porque el dueño del bar no identificó a las personas que se hicieron pasar por guardias civiles y además no exhibieron el mandamiento judicial.

Otros dos acusados han sido absueltos: Jaime S.A., imputado por participar en la falsificación de la orden judicial, y Manuel E.A., inicialmente acusado de hacerse pasar por guardia civil para registrar el bar.

En cuanto al agente, es condenado a dos años de cárcel y 3.000 euros de multa por falsedad en documento oficial con la agravante de haberse aprovechado de su condición de empleado público.

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