¡Por fin corre el agua en la Gerencia de Urbanismo de Sevilla!

La sede de la Cartuja reestrena la fuente de los mejores años, cuando Pellón y Casinello poblaron unos despachos donde ahora se ejerce poco y se enreda mucho

Se busca chivato, chivata, animal o planta

La chapuza y el éxito de Tussam

La fuente de la sede de la Gerencia de Urbanismo
La fuente de la sede de la Gerencia de Urbanismo / José Ángel García

El frescor ha entrado en la sede de la Gerencia de Urbanismo. No confundan el frescor con los frescos. No sean malpensados porque en el organismo autónomo municipal hay gente muy seria y preparada. Por fin el estanque tiene agua y las fuentes están a pleno rendimiento. ¡Agua va! ¡Qué maravilla! Aquello es ahora más habitable, que se diría en clave progresista. Tanto que nuestro querido Juan de la Rosa podría auto-titularse así: delegado de Urbanismo Habitable. ¿No fue Antonio Muñoz el delegado de Hábitat Urbano con mi Juan (Espadas)?

-Oiga, ¿Juan de la Rosa fue el secretario general del PP de Sevilla que compareció ante el notario a protocolizar los gastos en copas y los cheques entregados a una buena cantidad de cargos de su propio partido?

-El mismo.

Volvamos a lo nuestro, que son las fuentes... de agua. Ya no pasan cigarreras por la calle San Fernando ni en la Gerencia de Urbanismo dan copa por las pascuas. Pero tenemos una sede en la Cartuja menos moscovita, menos dura, menos inhóspita. Soledad Becerril nos dio unos magníficos jardines en el Prado de San Sebastián, Zoido puso un bacalao (literal) en Argote de Molina y el actual alcalde Oseluí nos pone una fuente que es de largo de mayor calidad que las propias caracolas donde penan los trabajadores de la Gerencia desde que fueron trasladados a esa sede de manera provisional. Tan provisional que pronto podrán hacer una procesión extraordinaria con los 40 años de estancia en esas estructuras. La fuente en todo su esplendor ha costado un pico, oiga. Pero el frescor bien vale el esfuerzo. Uno entra a por una licencia de veladores (ojú) y evoca los años en que allí estaban los despachos de Jacinto Pellón y Emilio Casinello. ¡Qué tiempos de poderío económico de Sevilla en los meses previos de la Expo! La fuente, ay, la dejaron morir como símbolo de la decadencia de la ciudad. Y como icono del bajonazo paulatino de la propia Gerencia, que se inició en 2008 con la crisis económica. Ahora la están dejando en agonía y le van a pegar el descabello de la externalización en la tramitación de licencias. Que viene, que viene...

Que no controlamos la Gerencia, incorporamos a tíos manejables de fuera. Que no nos gustan el secretario o el interventor, vamos a traer otros que sean dóciles y disciplinados. Que no hay un solo inspector para las terrazas de veladores por las tardes, nombramos uno y lo convertimos en un hito en la gestión de recursos humanos. Que no nos gustan las críticas y la labor de la prensa, denunciamos nada menos que "coacción" y venteamos infundios de los profesionales. Que verdaderos intelectuales de la ciudad firman tribunas de opinión en defensa de profesionales de prestigio que resultan cuestionados u orillados por un mediocre poder político con anhelo intervencionista, no vamos a sus actos porque nos situamos por encima del cargo. ¿Quién se han creído para dar opiniones libres? ¡Castigados sin postre! ¡Y que ningún concejalillo rompa la disciplina, que aquí somos sectarios todos, sectarios con disciplina cuartelera! Sectarismo de pulga se llama. Y mientras, por cierto, hay directivos nombrados a dedo que abandonan el Ayuntamiento por propia iniciativa (algo nunca visto) aumentando la lista de los caídos. Hay quien se apunta a la teoría del cojo en el desfile. "Todos llevan mal el paso, menos yo". ¡Diga usted que sí! Los que se salen del carril son polémicos y conflictivos. Si es que no saben...

Al menos podemos celebrar que tenemos fuente (de agua) en Urbanismo. Y pronto se recuperará hasta la suerte de palenque que estaba cuarteado por el abandono. Eso es gestión y no la del bacalao. Suponemos que los gatos (miau) seguirán siendo los reyes de esos espacios libres donde el funcionario o personal laboral pueden fumarse el pitillo. Tiernos mininos. Y además hay otra buena nueva. ¡Los tornos funcionan! Después de meses y meses de despropósito, ¡vuelven a funcionar en la entrada de la Gerencia! Urbanismo no tiene Valoración de Puestos de Trabajo (VPT) porque fue tumbada en una asamblea de trabajadores, pero tiene tornos y fuente. Es digno de entonar alguna bienaventuranza.

Urbanismo no tiene un cuerpo de inspectores digno de una ciudad que roza los 700.000 habitantes, no tiene la dichosa VPT, no funcionan las promociones de personal como es debido, no se toman las medidas que conviertan el organismo en el deseable y deseado motor económico de la ciudad, pero tiene una fuente de la que brota agua fresquita. No hay convenios urbanísticos ni intereses financieros como en los tiempos de bonanza, pero el frescor ganado es puro patrimonio inmaterial del que todo lo compensa en una ciudad como Sevilla. En la Gerencia unos vienen y otros van... Los gatos siempre están. Sobre todo en la barriga de alguno. Llena ahí, tabernero, pero no de agua de la fuente. Que el agua es para los pescados.

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