Livni sigue los pasos de Golda Meir
La ministra de Asuntos Exteriores israelí gana las primarias del Kadima y se perfila como la segunda mujer, después de la histórica líder laborista, que podría alcanzar el puesto de primera ministra
Los miembros del partido centrista israelí Kadima acudieron ayer a las urnas para elegir a su nuevo líder que debería suceder al primer ministro Ehud Olmert, obligado a dimitir por su implicación en varios casos de corrupción. Las primeras encuestas a pie de urna confirmaban el aplastante triunfo de Tzipi Livni, la actual ministra de Relaciones Exteriores, que habría superado ampliamente la barrera del 40% de los votos para ser elegida sin necesidad de que se tenga que celebrar una segunda vuelta. Livni, de 50 años, considerada como una pragmática en temas como el proceso de paz y la cuestión nuclear iraní.
La candidata obtuvo entre el 47 y 49% de los sufragios contra una media del 37% para su rival Shaul Mofaz, de acuerdo con los sondeos de tres cadenas de televisión.
Livni, que hace hincapié en su honradez, promete dar un aire nuevo a un partido sacudido por una serie de escándalos de corrupción. La canciller cuenta con el apoyo del entorno del ex primer ministro Ariel Sharon, que fundó el partido en noviembre de 2005 y que se encuentra en coma en un hospital desde enero de 2006 a raíz de un ataque cerebral.
El principal rival de Livni era el ministro de Transportes, Shaul Mofaz, de 59 años, que se ha forjado una reputación de partidario de la fuerza, pero al que sus adversarios acusan de oportunismo habida cuenta las muchas veces que cambió de chaqueta en el pasado. Ex jefe del estado mayor y ex ministro de Defensa, Mofaz centró su campaña en su experiencia en materia de seguridad.
Aboga por la opción militar contra Irán, se opone a cualquier concesión a Siria y está a favor de las operaciones militares para matar a los jefes del movimiento palestino Hamas. Ambos candidatos descartaron la firma de un acuerdo con la Autoridad Palestina antes de finales de 2008, algo que Olmert se esforzaba por lograr.
Para ser elegido en la primera vuelta, el futuro jefe de Kadima debía obtener más del 40% de los votos, una barrera ampliamente salvada por Livni según los primeros sondeos. Otros dos candidatos concurrían en estas primarias, las primeras desde la creación del partido: Meir Shetreet, ministro de Interior, y Avi Dichter, ministro de Seguridad Interior.
Livni tiene a partir de este momento la misión de formar un nuevo gobierno y si fracasa deberá enfrentarse en legislativas anticipadas al jefe de la oposición conservadora, el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, jefe del partido Likud, que encabeza todos los sondeos de opinión.
En caso de tener éxito, Livni, se convertiría en la segunda mujer en la historia del Estado de Israel que accede al cargo de primer ministro después de la histórica líder laborista Golda Meir.
Pero está por ver si esta mujer, considerada la más poderosa del país, tiene el temple de la célebre dama de hierro israelí que dirigió el Estado judío desde 1969 hasta su dimisión en 1974 y fue, al igual que ella, ministra de Relaciones Exteriores.
Sus numerosos detractores en su propio partido estiman que le falta experiencia política y aptitudes en el ámbito de la seguridad. Las críticas no impiden a esta madre de dos niños, nacida el 8 de julio de 1958, figurar en cabeza del pelotón de las personalidades políticas más populares del país.
La canciller, que cuida su imagen de mujer íntegra en un país donde se han multiplicado los asuntos de corrupción entre dirigentes políticos, dice tener la intención de restaurar "la confianza" de los israelíes.
En el pasado trabajó para el Mosad, el servicio secreto israelí, y su carrera fue meteórica desde que entró en la Knesset (Parlamento) en 1999. Pero esta abogada tenaz, siempre de punta en blanco y catapultada a la cúspide de su partido por el ex primer ministro Ariel Sharon, fundador de Kadima, suscita desconfianza en sus filas.
"Temo por el futuro del Estado de Israel si Livni llega al poder. Es incapaz de tomar decisiones. Es influenciable y no confía en sí misma", dijo de ella Olmert, quien de paso la tachó de "traidora" y "mentirosa". Una animosidad que salió a la luz en 2007, cuando ella dijo estar a favor de una dimisión de Olmert tras la publicación de un informe sobre los errores de la guerra de 2006 en el Líbano.
Junto a su amiga la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice, Tzipi Livni se declaró partidaria de mejorar las condiciones de vida de los palestinos en la Cisjordania ocupada y de la creación de un Estado palestino, al tiempo que defendía la lucha antiterrorista y el aislamiento de los islamistas de Hamas.
Livni dio sus primeros pasos políticos en las filas de la derecha nacionalista. Con el paso del tiempo fue dejando de lado los ideales iniciales para escalar puestos hasta la cima de Kadima, donde fue una de las primeras en afiliarse.
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