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Operación 'London Bridge', el minucioso paso a paso para comunicar la muerte de la reina de Inglaterra

Cientos de personas en Buckingham Palace tras conocerse el fallecimiento de Isabel II.

Cientos de personas en Buckingham Palace tras conocerse el fallecimiento de Isabel II. / EFE

La muerte de Isabel II en Balmoral ha puesto en marcha la llamada operación 'London Bridge' y, con ella, la denominada 'Unicornio' (planteada en el caso de que la reina falleciera en Escocia, como así ha sido) y la 'Spring Tide' (Marea de Primavera, que articula el ascenso al trono del nuevo monarca). En sí, un protocolo milimetrado y diseñado desde la década de 1960 para cuando llegara este día.

Reino Unido se sumerje ahora en diez días de luto oficial y de actos oficiales que estarán marcados no sólo por la consternación de todo el pueblo británico, sino también por la cantidad de autoridades mundiales que viajarán al país para presentar sus respetos a una reina, que ha estado en el trono durante 70 años y que ha vivido buena parte de los acontecimientos más importantes del siglo XX. De hecho, el país ya se encuentra en alerta máxima por la llegada masiva de dignatarios, que estarán en suelo británico al mismo tiempo durante varios días.

Operación 'London Bridge'

Edward Young, secretario privado de la Reina y el principal encargado de organizar su sucesión, fue la primera persona en recibir la noticia en la tarde de este jueves.

Según los planes trazados, Young avisó a la primera ministra, Liz Truss con una frase: "London Bridge is Down" ("Ha caído el Puente de Londres"). Tras esto, la recién elegida primera ministra se dirigió al país desde Downing Street, donde señaló que Isabel II fue "la roca" del Reino Unido moderno y que el Reino Unido se encontraba "devastado" y en estado de "conmoción". Fue la primera comunicación oficial tras el fallecimiento.

Los ministros también fueron avisados de inmediato por correo electrónico y tras ese mensaje las banderas en la sede del Gobierno se colocaron a media asta, en menos de diez minutos del anuncio.

Tras informar al Gobierno británico, el llamado Centro de Respuesta Global del Foreign Office -ministerio británico de Asuntos Exteriores- se encargó de trasladar la noticia a los 15 Gobiernos fuera del país donde la Reina era jefa de Estado, y a las otras 38 naciones de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).

La agencia británica Press Association (PA) fue la encargada de difundir la noticia con un flash informativo, tras lo cual un sirviente de palacio atraviesó el patio del Palacio de Buckingham para colgar la "notificación oficial" del fallecimiento en las puertas.

Los parlamentos, tanto en Londres como el escocés, el galés y el norirlandés, suspenden sus sesiones y la web de la Familia Real se pone en negro con el comunicado.

Operación 'Spring Tide'

Tras dar el primer mensaje oficial a la nación tras el deceso, Truss mantuvo una audiencia que con el heredero Carlos, lo que pone en marcha la operación 'Spring Tide' (Marea de Primavera), que reglamenta la ascensión del nuevo monarca. 

Carlos también dio un mensaje a la nación donde aseguró que "su muerte (la de la reina) será muy sentida en el país, los territorios y la Commonwealth". Aseguró también que el fallecimiento de su "querida madre" era uno de los "momentos de mayor tristeza en su vida". 

Un servicio en memoria de la reina se celebrará con el primer ministro en la Catedral de San Pablo.

Operación 'Unicornio'

Bajo el paraguas de 'Unicornio' están los planes organizados para el supuesto de que la reina falleciera en Escocia, situación que es la que se ha dado al estar muy vinculada con su residencia de Balmoral. 

De morir en Escocia, el cuerpo de la reina será trasladado inicialmente a la sede del Parlamento escocés, el palacio de Holyrood, donde se interrumpirá automáticamente todo tipo de actividad parlamentaria y se pone a disposición de los ciudadanos un libro de condolencias.

Allí será custodiada por la Compañía Real de Arqueros, que adornarán sus sombreros con plumas de águila.

El siguiente paso será trasladar, por la avenida Royal Mile en Edimburgo, el cadáver hasta la Catedral de St Giles, donde yacerá en la capilla ardiente y donde se celebrará un primer servicio.

Dos días después del fallecimiento, el ataúd será trasladado desde Balmoral en tren hasta el palacio de Buckingham en Londres.

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