Salud Pública

Autopsia psicológica ¿Qué lleva a una persona al suicidio?

Velas por una vida perdida. Velas por una vida perdida.

Velas por una vida perdida. / R. D.

Escrito por

· Noelia Márquez

Periodista

¿Por qué lo hizo? Es la pregunta que se hacen, una y otra vez, los familiares del suicida durante uno duelo de extrema dureza. "Al profundo dolor por la pérdida de un hijo o de un hermano se suman sentimientos de culpa y de rabia por la decisión del ser querido de quitarse la vida, una acción contra natura, que complica el duelo. Un suicidio es una bomba para los familiares, que son considerados supervivientes. Cuando el duelo se complica necesitan asistencia médica y psicológica", explica el profesor Lucas Giner, titular Departamento de Psiquiatría en la Universidad de Sevilla.

Desde 2006 el equipo integrado por el profesor Giner y el doctor Julio Antonio Guija Villa, jefe del Servicio de Psiquiatría Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de Sevilla investiga las posibles causas y las circunstancias que rodean a los suicidios en la provincia de Sevilla a través de las autopsias sicológicas. Los análisis de los casos ofrecen resultados similares en todas las provincias y arrojan claves para avanzar en la prevención del suicidio y en la atención de los supervivientes.

El duelo de un suicidio a veces se complica y requiere de asistencia médica y psicológica

"Nunca sabremos realmente la causa que lleva a una persona a quitarse la vida, pero la autopsia psicológica permite una aproximación al hecho consumado. El suicidio no es culpa de nadie", explica el doctor Guija Villa, experto de reconocido prestigio y pionero, junto al profesor Giner, en el desarrollo de la autopsia psicológica.

Autopsia psicológica

Los médicos de Patología Forense son los encargados de diagnosticar que una muerte violenta ha sido un suicidio, al realizar la autopsia del cadáver.

Tras cada suicidio, los médicos forenses del servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forense en Sevilla "ofrece a los familiares la autopsia psicológica, una ayuda psicológica a los familiares que permite investigar las causas2, explica la doctora Rocío Marín Andres, directora del IMLCF de Sevilla, centro pionero en estos estudios.

Tiempo después de los hechos, los familiares que acceden a la autopsia psicológica "se muestran muy agradecidos porque les permite desahogarse. Muchos de ellos incluso nos explican que durante la entrevista es la primera vez que hablan del suicidio, pese a que se realiza meses después", asevera el profesor Giner.

Los expertos concluyen que tras un suicidio no hay una causa determinante, sino múltiples factores de riesgo, entre los que destacan factores biológicos, el consumo de tóxicos y problemas personales y laborales, en líneas generales.

La complejidad que rodea a la conducta suicida viene dada por la confluencia de muchos factores que intervienen: El 90% de los casos están vinculados a enfermedades mentales, un 60% de los casos presentaban cuadros depresivos y un tercio de los suicidas lo habían intentado antes siendo la tentativa uno de los principales riesgos. Muchos suicidas expresan arrepentimiento en el momento de lanzarse al vacío

"En la población general, los principales riesgos: la depresión y el consumo de tóxicos. En los jóvenes de en torno los 20 años, destacan la depresión, los trastornos de personalidad y el consumo de sustancias tóxicas. En la edad adulta: la depresión y el consumo de alcohol, abusos sexuales en la infancia y la pérdida del trabajo", añade el experto.

Circuito asistencial

Los familiares que no logran superar la pérdida y que sufren un duelo complicado requieren de asistencia médica. Los expertos apuntan a la necesidad de que los allegados de la persona que se suicida accedan de una manera rápida a los servicios sanitarios tras los hechos traumáticos cuando así lo precisen.

Una conexión estrecha entre el IMLC y el SAS, a través de protocolos, facilitaría la agilidad en la asistencia a las personas que tienen que afrontar el duelo traumático y que necesitan seguimiento sanitario.

Joaquín Lucena: "Es una tragedia familiar y de salud pública"

El doctor Joaquín Lucena, jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla en la Academia de Medicina de Sevilla. El doctor Joaquín Lucena, jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla en la Academia de Medicina de Sevilla.

El doctor Joaquín Lucena, jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla en la Academia de Medicina de Sevilla. / RAMSE

"El suicidio es una tragedia familiar y un problema de salud pública. Requiere de una actuación sanitaria, familiar, educativa y social. Se puede combatir mediante medidas de prevención y seguimiento", concluye el doctor Joaquín Lucena, jefe del Servicio de Patología Forense en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla.

El suicidio en Sevilla, como en el resto de España, es la primera causa de muerte violenta. La media anual en Sevilla gira en torno a los 160 víctimas. Este año 2023 se han registrado ya 90 casos. Según "el análisis de la serie histórica en el mes de julio se producen más suicidios", detalla el doctor Lucena.

Desde 2004 a 2022 se han estudiado 2.820 suicidios en el IMLCF de Sevilla que representan el 34% de las muertes violentas. Especial inquietud generan los suicidios de menores: 14 casos en ese periodo, siendo el más joven un varón de 10 años.

"El mayor número de casos se da entre varones en la década de los 50 años", añade. Las causas son muy distintas en función de la edad. "Un elevado porcentaje se vinculan a problemas de salud mental. En otros casos no hay enfermedad y las motivaciones hay que buscarlas en las circunstancias de la persona", comenta el experto médico forense al aludir a unas palabras pronunciadas recientemente por el reconocido psicólogo Enrique Echeburúa: "La persona que se suicida no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir".

El sufrimiento extremo y las carencias de herramientas para combatirlas están presentes tras cada caso. "Es una conducta muy heterogénea y que varía n función de la edad. Son muy distintas las motivaciones de un menor a las de un anciano. En menores de 20 años vemos características similares que se refieren a la impulsividad, mientras que en edad avanzada solemos ver premeditación. Tras los suicidios en menores vemos una escasa tolerancia a la frustración ante problemas y carencia de herramientas para afrontar problemas o un revés, por ejemplo ante un problema como puede ser el bullying".

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