Una Eva (Yerbabuena) casi al desnudo
'¡Ay!', el último trabajo de la bailaora, llega por fin a Sevilla para cerrar el ciclo 'Septiembre es Flamenco'
Pocos serán, si es que los hay, los aficionados al flamenco que no conozcan a Eva Yerbabuena. Para ellos, baste decir que se ha ganado a pulso un puesto de honor en el panorama del baile flamenco actual. La avalan, junto al Premio Nacional de Danza 2001, dos premios Max y una nominación a los National Awards de Gran Bretaña, casi una docena de trabajos que han paseado su nombre por los escenarios más prestigiosos del planeta. Eva, 5 mujeres 5, El huso de la memoria, Lluvia, Cuando yo era… Piezas extremadamente elaboradas (su amor por el teatro y los recursos escénicos surgió en ella bastante pronto) en los que su baile ha estado siempre unido -y en ello reside gran parte de su éxito- a la música de un gran compositor y un magnífico guitarrista como es Paco Jarana, su compañero en la vida y en los escenarios.
La granadina, que no interviene desde 2010 en la Bienal de Sevilla, será la encargada el próximo domingo de cerrar el ciclo Septiembre es Flamenco, una muestra ideada para llenar el vacío entre Bienal y Bienal y que, según la artista, "no hay que dejar de agradecer por la gran oportunidad que supone para muchos artistas".
En tan grata cita, que tendrá lugar en el Teatro de la Maestranza -el mismo en el que se vio el año pasado su Federico, según Lorca-, Yerbabuena presentará su último espectáculo, ¡Ay!, que llega por primera vez a Sevilla tras visitar en dos ocasiones el Festival de Londres (donde se estrenó en 2013) y escenarios españoles tan relevantes como el Festival de Jerez, el Teatro Español de Madrid o el Mercat de les Flors de Barcelona.
¡Ay! se gestó durante los 18 meses que estuvo retirada de los escenarios debido a su última maternidad y, según sus palabras, "es un trabajo intimista, minimalista casi, y muy especial para mí porque durante todo ese tiempo estuve sola y tuve tiempo para reflexionar... Es la primera vez que no tengo conmigo un cuerpo de baile y creo que es un espectáculo sobrio pero tan intenso que provoca emociones muy diferentes en el público. Tanto es así que a veces viene a verme gente al camerino y me cuenta unas interpretaciones asombrosas. Yo lo que he visto es que la vida empieza donde acaban los límites, me dijo un amigo".
Estructurado como una especie de monólogo dramático en siete escenas, con el único apoyo escénico de una mesa y una silla poco ortodoxa, ¡Ay! responde fielmente al proceso continuo de maduración que la artista emprendiera hace años y que la ha llevado a colaborar con grandes coreógrafas de la danza-teatro internacional, como su gran amiga y admirada Pina Bausch (fallecida en 2009) o Carolyn Carlson. Un proceso tras el cual Yerbabuena, aun permaneciendo fiel al flamenco -entre otras cosas, con esa soleá que ha hecho vibrar a millares de espectadores y que, según afirma, "me ha hecho ser como soy"-, ha asumido una libertad en el uso del lenguaje corporal no siempre comprendida por los flamencos más tradicionales. Sin embargo, para la bailaora, es ahora cuando siente que hay una inflexión en su carrera, enfrascada ya en la preparación de su nuevo espectáculo, Apariencias, que seguramente verá la luz en febrero, en el próximo Festival de Jerez. "Creo que fue la liviana del comienzo de ¡Ay! la que me abrió una puerta inesperada y ahora sí siento que he cerrado una etapa para abrir otra nueva. Apariencias será algo diferente, aunque vuelva a contar con un cuerpo de baile y en el escenario sigan mandando las voces, como ha sucedido siempre en todos mis trabajos. En ella me pregunto qué está pasando en el mundo, qué nos está afectando hasta impedir que seamos lo que queremos ser. Por eso le bailo al cambio, al absurdo, a las creencias, a la muerte… pero a una muerte que no es un final sino una resurrección. Porque todos morimos y resucitamos muchas veces, casi cada día…".
Yerbabuena y Jarana han comenzado ya los ensayos en su estudio de Dos Hermanas, porque, por increíble que parezca, ni ella ni otros grandes creadores de Andalucía cuentan con una residencia en un teatro público, práctica habitual en otros países. "El no disponer de espacios bien dotados o teatros para que los artistas podamos trabajar, probar luces, etc. es de las cosas que más me duelen, más que el hecho de que no haya flamenco en muchos Conservatorios. En realidad, dado el valor de este arte para Andalucía, tendría que haber un Conservatorio especial para el flamenco", dice la artista mientras Paco Jarana añade: "El flamenco es un verdadero patrimonio y no puede depender de ningún político, ni de izquierdas ni de derechas ni de centro, y si se ha creado un Instituto del Flamenco, éste debería atender a sus muchas carencias, no convertirse en una agencia de contratación en competencia con el sector privado".
Más en la sombra, Paco Jarana es uno de los grandes pilares de la compañía de Eva Yerbabuena. Amén de servirle de ojo de Gran Hermano, es el compositor y director musical de sus espectáculos, garantizando su calidad y, casi siempre, un espacio sonoro absolutamente memorable. "Normalmente ella me cuenta lo que pretende hacer y yo voy componiendo -dice el músico-, aunque a veces me adelanto y trato de sorprenderla, porque el trabajo tiene que surgir del diálogo entre el baile y la música; si no, no es nada. Yo me planteo cada espectáculo como un concierto, aunque tenga que tocar detrás de un pilar, o tenga que renunciar casi a la melodía, como sucede en ¡Ay!, porque ahí lo que se necesitaba era una serie de sonidos, crear atmósferas para expresar distintos estados de ánimo. Me gusta respetar, ser honrado conmigo mismo y con el trabajo. Y lo mismo le pido a los demás, que a veces se echa en falta, entre tanta técnica, ese respeto por los valores del flamenco…"
Además del flamenco, Paco Jarana ama la música sinfónica y confiesa que le encantaría retomar el aplaudido montaje 5 mujeres 5 y adaptarlo para que se pueda representar con una orquesta en el foso. Es lo que tienen los creadores, que no paran de idear, de experimentar y de arriesgarse, como podrán ver el domingo 20 de septiembre a las 20:30 en el Teatro de la Maestranza con ese ¡Ay! que cuenta también con las voces de Juan José Amador, Enrique el Extremeño y José Valencia, el violín de Vladimir Dmitrienco y la percusión de Antonio Coronel.
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