Hacer cine en Andalucía: maneras de sobrevivir en un entorno de cambios

Los profesionales del gremio buscan en la coproducción y en el refuerzo de la calidad de los filmes las soluciones a un escenario inestable · A pesar de la crisis, el ritmo de los rodajes mantiene su intensidad y son varios los estrenos pendientes

Imagen de 'La escalera india', de Jesús Carlos Calderón.
Braulio Ortiz / Sevilla

15 de marzo 2009 - 05:00

"La mayoría de las productoras son de servicios y tienen como único cliente a Canal Sur. ¿Qué ocurre si un día desaparece?". Es Juan Lebrón quien expresa esta duda cuando se le pregunta por el panorama audiovisual en Andalucía. No obstante, a pesar de estos vínculos con la televisión pública, los productores ponen de manifiesto el notable avance que se ha vivido en los últimos años. Como sostiene Gervasio Iglesias, de LZ Producciones, "éste es uno de los sitios donde se ha desarrollado más el sector". Pero los profesionales del gremio intuyen que no pueden confiarse: encaran recortes en la financiación, la falta de confianza de los distribuidores o el descenso en el número de espectadores.

La página www.avandalus.org, portal promovido por la Fundación Audiovisual de Andalucía, sitúa en 73 el número de producciones que se realizaron el año pasado, un total en el que tienen cabida 13 cintas de animación, 26 documentales, 17 cortometrajes, 6 largometrajes y 11 películas para televisión.

Con respecto a las ayudas que se concedieron en 2008, la Consejería de Cultura de la Junta destinó en este ámbito la cantidad de 5.155.214 euros. Entre estos incentivos, destacan los más de 4 millones (4.049.000) centrados en el desarrollo de proyectos y la producción de obras audiovisuales, los 492.276 dedicados a impulsar la coproducción y los 371.200 euros otorgados a la RTVA para promover documentales y largometrajes para televisión.

"Las ayudas representan poco para una película, en realidad te pueden resolver un 15% del presupuesto", advierte Gervasio Iglesias, aunque añade que se trata de un respaldo "fundamental" para poder materializar los proyectos. Lebrón, por su parte, opina que "las autoridades, a veces, están un poco perdidas. Se va el dinero en apoyar a los cortos de los chavales, y eso no tiene éxito". El productor, pionero gracias a títulos como Flamenco y Sevillanas en la conquista del mercado internacional, ilustra su convicción con una anécdota del pasado. "En los 60, todos los chavales de 15 años queríamos tocar en un conjunto, era algo que hacías para ligar. Ahora, el equivalente con esa historia sería hacer un corto. Pero, de la misma forma que sólo un par de grupos llegaron a algo, gastar tanto dinero en cortometrajes no nos lleva a ningún sitio", argumenta el empresario, embarcado en los últimos años en la serie Paisajes de Andalucía.

Más allá del respaldo institucional, el sector está encontrando dificultades para adquirir financiación por culpa de la crisis. "En el cine consigues levantar una película con los contratos de televisión y los bancos, y con éstos sí estamos teniendo dificultades, nos ponen muchas pegas", admite Agus Jiménez, de Jaleo Films. La productora ha desarrollado ya varias coproducciones (la más reciente, La joven de las naranjas, basada en el libro de Jöstein Gaarder, para cuyo rodaje se han aliado con empresas de Alemania y Noruega) y sabe que continuar ese camino repercutirá en la calidad del producto. "El modo de afrontar trabajos más ambiciosos es mirando a Europa", asegura Jiménez. Pero seducir a posibles coproductores no es el único reto. Hallar distribución "también es un tema complicado. Tiene que ser una historia que vean muy clara para que apuesten por ella", concluyen desde Jaleo Films.

Antonio Pérez, de Maestranza, ha asumido que contar con un distribuidor solvente no es garantía de éxito. "3 días era una película estupenda, y la distribuía una multinacional, y sin embargo no funcionó", lamenta el productor. También le ha costado, pese a que es "muy emocionante", estrenar Retorno a Hansala, que finalmente se verá en las pantallas desde el día 27 de este mes. Según Pérez, en la tibia acogida que sufren algunos largometrajes influye mucho "ese debate simplista y tendencioso que nos acusa de recibir ayudas, cuando lo que significa eso es que la sociedad ha llegado a la madurez de saber valorar su cultura".

El responsable de Solas o Nadie conoce a nadie afirma que los creadores se sienten indefensos frente al "robo de la propiedad intelectual. 3 días se ha bajado por internet 10 veces más que el número de dvds que se han vendido. ¿Cómo sacamos adelante los proyectos?", se cuestiona.

Después de que el año pasado se perdieran en España más de 9 millones de espectadores, los productores no pueden esquivar el nuevo paisaje que se perfila. "Los últimos datos de asistencia a los cines son tristes, pero igual la gente ve más películas que antes, sólo que en otros soportes", analiza Manuel Gómez Cardeña, de Promico Imagen, quien cree que "el sector tiene que espabilarse", y que "hay una dependencia muy grande de las televisiones".

Esta relación forzosa con las cadenas cobra una mayor relevancia en el terreno del documental, un género al que los circuitos convencionales de exhibición apenas prestan atención alguna. Olmo Figueredo, de La Claqueta Metálica, artífice del documental Ignacio Sánchez Mejías. Más allá del toreo, cuenta que en el último festival Docs Barcelona, escenario "donde habitualmente se cierran acuerdos" se notó una menor actividad. "Con la crisis, las televisiones están dejando pasar el tiempo, mareando la perdiz", sentencia. La Claqueta Metálica es una de tantas empresas que compaginan en Andalucía la creación propia con encargos de publicidad para otros. Y en este sentido, curiosamente, la crisis le ha dado más trabajo. La razón, precisa Figueredo, es que "los anunciantes están confiando ahora en productoras más pequeñas, porque las grandes manejan presupuestos más altos".

Otro género, el de la animación, parece gozar ahora de una estimable salud. Manuel Sicilia, codirector de la ganadora del Goya El lince perdido junto a Raúl García, señala que "están saliendo proyectos y hay un futuro interesante, pero todavía tenemos que conseguir que de muchas empresas dispersas se haga una industria".

Las primeras sinergias en la industria andaluza ya se han dado, como en el caso de los estudios Alcine, fundados por las empresas Background 3D, Jaleo Films, LZ Producciones y Arte Sonora. Tres profesionales de esta última, Jorge Marín, Daniel de Zayas y Maite Rivera, se hicieron con el Goya al mejor sonido en la última convocatoria del premio y son un ejemplo del alto nivel que caracteriza a muchos técnicos de la región.

Pese a la recesión económica, el ritmo de filmaciones no ofrece por ahora síntomas de estancamiento. Ana Rosa Diego ultima en estos días el rodaje de Siempre hay tiempo, producida por Letra M. Jaleo Films prepara para este año tres rodajes: Talento, de Chiqui Carabante, Carne de neón, de Paco Cabezas, y Mona, de Alberto Palma. Y, entre los largometrajes que esperan su estreno, están After, de Alberto Rodríguez (LZ Producciones); Yo también, de Álvaro Pastor y Antonio Naharro (Promico Imagen), y Madre amadísima, de Pilar Távora (Artimagen).

La industria tiene ahora ante sí, afirma Juan Lebrón, un "momento de decantación" en el que "lo que va a prevalecer es el contenido. Es el que tenga la mayor calidad el que saldrá a flote".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

ORQUESTA DE LA FUNDACIÓN BARENBOIM-SAID

El miedo, la furia y el triunfo

Lo último