Hollywood estuvo ayer de luto tras la muerte del actor Patrick Swayze, a los 57 años de edad, víctima de un cáncer de páncreas, un fallecimiento ocurrido tras 20 meses de lucha contra una enfermedad que este año ya se llevó a Farrah Fawcett y a Bea Arthur.

Considerado uno de los galanes de Hollywood de la década de los 90, el aspecto del protagonista de títulos como Dirty Dancing (1987) y Ghost (1990) se había deteriorado mucho después de un largo tiempo sometido a quimioterapia. Sus compañeros de profesión Rob Lowe, Whoopi Goldberg o Kirstie Alley fueron los primeros en hacer llegar su tristeza tras producirse el deceso. "Él siempre estará cerca", declaró a la revista People Whoopi Goldberg, quien añadió que "fue un hombre realmente bueno, un hombre divertido a quien le debo tanto que nunca podré compensarle". "Fue un actor intenso, lleno de pasión y vigor. Definitivamente sacaba el máximo de ello y vivió cien vidas en una", manifestó Lowe.

Un carácter que Swayze quiso contagiar en su pugna con el cáncer. "Estoy luchando", dijo en diciembre, si bien reconoció sentirse vulnerable ante un futuro poco alentador. Su nombre se suma así al de figuras del celuloide que no consiguieron superar la enfermedad como Bette Davis, Humphrey Bogart, John Wayne, Gary Cooper o Robert Mitchum.