Zarzuela

Llega al Maestranza un "hijo de Rossini y hermano de Verdi": el 'Barberillo de Lavapiés'

  • El teatro del Paseo Colón recupera este miércoles y el viernes una de las cimas del género de la zarzuela, con José Miguel Pérez-Sierra como director musical y versión escénica de Alfredo Sanzol

Un instante del ensayo general de 'El barberillo de Lavapiés', la noche de este martes en el Teatro de la Maestranza;

Un instante del ensayo general de 'El barberillo de Lavapiés', la noche de este martes en el Teatro de la Maestranza; / Antonio Pizarro

"Era la producción que estábamos haciendo el año pasado cuando cerró todo en marzo, de modo que llevarla a cabo y representarla supone quitarnos una espinita, cerrar un círculo", celebra el maestro José Miguel Pérez-Sierra a propósito de El barberillo de Lavapiés, una de las indiscutibles cimas de la zarzuela que llega, por fin, al Teatro de la Maestranza en dos funciones, hoy y el viernes (en ambos casos a las 19:00). "Si hablamos de la música de Francisco Asenjo Barbieri, el Barberillo es un top cinco dentro de la historia de la zarzuela. Para cada uno esa lista de cinco podrá variar, pero casi con toda seguridad el Barberillo siempre estaría ahí. Y si vamos al hecho teatral, al libreto de Luis Mariano de Larra, probablemente estamos en el número uno. Es una obra indiscutible por su calidad tanto a nivel de verso e ingenio y humor, como por la trama", resume Pérez-Sierra, director musical de esta versión –una producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid– que cuenta con Alfredo Sanzol como director de escena y con Antonio Ruz como responsable del apartado coreográfico, fundamental en una obra como ésta en la que “ningún gesto, ningún movimiento es casual”, alaba Pérez-Sierra.

"A mi juicio hay un triunvirato en la historia de la zarzuela que por talento, creatividad, calidad técnica y capacidad de orquestación está por encima de los demás: Barbieri, Ruperto Chapí y Amadeo Vives", dice el director sobre la calidad de la partitura de la obra. "Y la cuestión es que mientras que Chapí va con diez años de retraso con respecto a lo que se hace en Europa, y Vives a lo mejor ya va con 20 años de retraso, sin embargo Barbieri hace música plenamente de su tiempo. Su música es un poco hija de Rossini y hermana de Verdi, digamos para ser más precisos que está entre un Rossini bufo y un Verdi joven. Navega entre esas dos grandes influencias que no en vano fueron siempre sus dos compositores más amados. Barbieri usa elementos del folclore español pero es un compositor fundamentalmente italiano, no sólo porque su madre lo fuera", afirma Pérez-Sierra, que elogia el esfuerzo que está haciendo el Teatro de la Zarzuela, especialmente desde que Daniel Bianco asumió la dirección artística de la institución, para renovar el público y tratar de ir al encuentro de los jóvenes: "Es que realmente esto se disfruta a cualquier edad, no es ya aquella canción que tarareaba la abuela. La zarzuela tuvo quizás un valle de calidad en los años 70 y 80, y eso nos llevó a los aficionados a estar más interesados en el entretenimiento intelectual que ofrecían la ópera o el género sinfónico, pero hoy el género, y especialmente en la última década, es de lo más atractivo".

El director musical de la producción, José Miguel Pérez Sierra, minutos antes del ensayo general en el Teatro de la Maestranza.. El director musical de la producción, José Miguel Pérez Sierra, minutos antes del ensayo general en el Teatro de la Maestranza..

El director musical de la producción, José Miguel Pérez Sierra, minutos antes del ensayo general en el Teatro de la Maestranza.. / Antonio Pizarro

De esta producción también han elogiado muchos el respeto de Sanzol hacia el texto original. Pérez-Sierra asegura que "prácticamente el 99% del texto es idéntico al libreto de Larra". "Lo cierto es que le he metido bastante mano, pero una cosa que me gusta cuando toco un texto es que no se note. Que en las críticas se diga: qué fácil lo ha tenido Alfredo Sanzol porque el libreto original era ya magnífico", se ríe el susodicho, Alfredo Sanzol, actualmente director del Centro Dramático Nacional y uno de los dramaturgos más sólidos y personales de los tiempos recientes, quien tras dirigir sendas versiones de Macbeth, Edipo Rey o Esperando a Godot, por citar algunos textos ajenos del gran repertorio teatral universal, ahora debuta en la zarzuela "y en el musical", puntualiza Sanzol, que no es partidario de dividir las obras entre clásicas y actuales porque "los elementos esenciales del ser humano no han cambiado, y por eso hay obras clásicas que a mí me resultan muy cercanas y obras contemporáneas que siento lejanas".

Su versión de este clásico ineludible de la zarzuela es tremendamente respetuosa con el texto original. "Cuando tuve que retocar versos o diálogos para unir un trozo con otro, procuré escribir unos versos que estuvieran dentro del estilo de Larra. O sea, que no se notara mi intervención", explica el dramaturgo y director de escena, que añade: "He ido a la acción, quise centrarme en ese aspecto, es decir, resaltar todo lo que tiene la trama de aventuras urbanas en el Madrid del siglo XVIII, así como esa dimensión popular del hombre que se tiene que sacar las castañas del fuego, sea como sea, y que tan bien encarna el barbero Lamparilla, que para contentar a Paloma, su amada, se tiene que meter en una trama política que a él ni le va ni le viene, pero por amor lo que sea...".

Ambientada en el Madrid de Carlos III y de espíritu rotundamente urbano y castizo, la obra conjuga dos historias de amor paralelas –la de los citados Lamparilla y Paloma y la de la Marquesita y Don Luis, representantes del estamento noble que habitualmente protagonizaba las zarzuelas hasta que Barbieri y Larra, justo en este Barberillo, se atrevieron a ceder el protagonismo a personajes del pueblo– con una trama llena de divertidos embrollos y en la que se da cuenta de una conspiración política –los tejemanejes para derrocar al ministro Grimaldi y aupar al poder al conde de Floridablanda– que dio pie a sus autores para dar rienda suelta a la sátira y a la crítica política. "Cuando estábamos ensayando (la producción se estrenó en el Teatro de la Zarzuela en marzo de 2019) la prensa reveló que Manuela Carmena e Íñigo Errejón se estaban reuniendo en secreto en Madrid, de espaldas a Pablo Iglesias, de modo que mientras leíamos el periódico teníamos la sensación de estar viendo algo muy parecido a lo que luego llevábamos al escenario", dice Sanzol. "La verdad es que en este sentido la obra sigue siendo tan vigente que podría estar hablando del actual Gobierno, o del anterior, o del anterior...", apostilla Pérez-Sierra.

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