A ritmo de twerking se despidió ayer el elenco de Monte Olimpo, el espectáculo de Jan Fabre que tuvo su estreno español en el Teatro Central de Sevilla y que, después de 24 horas, llegó a su fin en los Teatros del Canal madrileños ante un público completamente eufórico que no mostraba signos de agotamiento. Desde las 19:00 horas del viernes, la compañía celebró su "bacanal" de 24 horas donde se revisaban 33 tragedias griegas para mostrar el lado más oscuro, provocador y sexual del género. Entre los que presenciaron ese final apoteósico de Monte Olimpo se encontraba el cineasta Pedro Almodóvar, que comentó al salir de la sala que estaba "abrumado". "Es impresionante, no hay palabras. Es una visión del teatro que está por encima de todo", añadió. Para el actor y director Israel Elejalde, la propuesta de Fabre es de una "belleza sublime" y va "más allá de la catarsis". Con ellos coincidió David Navarro, un espectador que no había dormido "casi nada" desde que se inició la representación: "Estoy en shock porque es muy intensa y onírica. Durante la madrugada hay momentos en los que por el cansancio mezclas realidad y ficción pero al final estoy como si hubiera dormido". Esto se debe, en parte, a un contraste muy significativo entre los capítulos representados durante las primeras horas de la tarde y ese cierre tan orgiástico y multicolor en el que cuatro actrices desnudas ponen varios huevos simulando ser gallinas.

Con 15 minutos de retraso llegaba la "traca final" con un lema que define bien el mensaje central de todo el espectáculo: "Disfruta de tu propia tragedia".