Nuria Espert en los infiernos privados

La veterana actriz catalana protagoniza desde hoy en el Lope de Vega 'Hay que purgar a Totó', una farsa de Georges Feydeau sobre las miserias del matrimonio y las vejaciones de la vida familiar

Una escena de 'Hay que purgar a Totó', una producción del Teatro Español que llega hoy al Lope.
Una escena de 'Hay que purgar a Totó', una producción del Teatro Español que llega hoy al Lope.
F. C. / Sevilla

12 de diciembre 2008 - 05:00

El Teatro Lope de Vega acoge desde esta noche y durante todo el fin de semana Hay que purgar a Totó, un vodevil de libro escrito por Georges Feydeau (1862-1921) e interpretado por Nuria Espert, que, en sus propias palabras, abandona aquí excepcionalmente su estilo "soso y recoleto" para asumir un papel "no tan dramático" como los que acostumbra a hacer. Georges Lavaudant, francés como el autor del texto, dirige a la veterana y respetada actriz (acumula más de 170 premios), a la que acompañan en el reparto caras conocidas como las de Jordi Bosch (Hospital Central) y Gonzalo de Castro (Siete vidas), el argentino Tomás Pozzi, Ana Frau, Carmen Arévalo y Manuel Millán.

La obra, estrenada en 1910 en París, cuenta la estrepitosa historia de Sebastián Rebollo, un fabricante de loza que invita a comer en su elegante casa a un distinguido cliente: el señor Chitín, el presidente de una comisión nombrada por el Ejército francés para decidir si debe adquirir o no una línea de orinales supuestamente irrompibles para uso de los soldados. El señor Rebollo está dispuesto a reventar el mercado con esta operación, pero se encuentra con más de un escollo desagradable: ni la loza es tan consistente como deseaba ni su familia está a la altura de las circunstancias, pues su esposa (Espert), en vez de atender al visitante, se lamenta de los caprichos de su hijo Totó, que se niega terminantemente a tomar un purgante.

"El texto es muy divertido, y supone para mí un bálsamo escuchar las risas del público, algo que no he tenido nunca y que me parece estupendo en estos momentos tan avanzados de mi carrera", afirma la actriz. Este papel, continúa, ha sido un "regalo maravilloso", pues le ha permitido mostrar una nueva imagen abierta al humor, la ironía y la farsa, aunque con "una tensión que ríete de Medea".

Separado de su esposa un año antes de escribir esta obra, Feydeau se sirvió de situaciones y personajes arquetípicos para hacer un retrato verdaderamente apocalíptico del matrimonio y la vida familiar, marcos ideales para las vejaciones, las humillaciones y los fracasos de todo pelaje, en la visión del dramaturgo. "Feydeau es un autor peligroso como todos los grandes", dice Espert, impresionada por el "ácido sentido del humor" del francés, capaz de dotar de apariencia "ligera" -y "amoral, pues nada sobrevive al desastre", según Daniel Loayza, ayudante del director- una diatriba sobre los infiernos privados y sobre "cómo las personas no estamos hechas para vivir en familia ni en pareja durante demasiados años".

La obra pretende reivindicar a un autor muy poco interpretado en el país y que tras su muerte, lamenta Nuria Espert, "entró en una especie de limbo del que sólo ha empezado a salir en los últimos 40 años". El montaje, producido por el Teatro Español, ha estado de gira por toda España. La próxima semana se celebrarán las últimas representaciones en Santa Cruz de Tenerife y la actriz podrá retomar su habitual "seriedad".

Lo hará desde el próximo febrero, cuando comienzan los ensayos de una coproducción del Teatro Nacional de Cataluña y el Teatro Español de Madrid de La casa de Bernarda Alba de Lorca, con dirección de Lluís Pasqual. Ella asumirá el papel "duro y monotemático" de la matriarca.

>Hay que purgar a Totó. Teatro Lope de Vega. Viernes (21:00), sábado (19:30 y 22:00) y domingo (20:00). Entradas desde 4 a 21 euros.

stats