"Pessoa es la clave para encajar ese rompecabezas que somos"
Manuel Moya traduce para Visor 'Odas de Ricardo Reis', heterónimo del autor portugués del que destaca "su melancolía y su ternura"
El poeta onubense Manuel Moya, traductor de la poesía de Fernando Pessoa, de la de sus heterónimos y de su Libro del Desasosiego, asegura en una entrevista con la agencia Efe que el gran poeta portugués "es la clave para encajar ese rompecabezas que somos, o al menos para familiarizarnos con él".
Manuel Moya, que ya ha publicado sus traducciones de otros heterónimos de Pessoa como Alberto Caeiro y Álvaro de Campos, acaba de publicar en la colección Visor de Poesía su versión en español de las Odas de Ricardo Reis, otro heterónimo de Pessoa, el mismo que le sirvió al Nobel Saramago para encarnar al protagonista de una de sus novelas más célebres.
"Pessoa es un escritor con muchas caras; no hay día que no te sorprenda y día que no te irrite; en la vida todos aparentamos ser de una pieza, pero en el fondo sabemos que las cosas no van por ahí, que más bien somos un puzle", opina el traductor.
Moya también ha publicado una traducción española del Libro del desasosiego, que define como "un libro fantástico que hay que abrir y leer por cualquier página; su letra está tan pegada al suelo que a veces te deja clavado, como un chicle recién tirado en la acera".
Sobre las Odas, el traductor recuerda que "alguien dijo que Reis era el mejor poeta clásico portugués; desde luego es el más clasicista, pero también el más secreto. Algunos de los mejores poemas de Pessoa llevan su firma".
De las Odas de Ricardo Reis señala que quizás sea la poesía "más filosófica y más elaborada" de Pessoa, "lo que no siempre es para bien. Creo que Reis es el que presenta más tendencias e interpretaciones ocultistas de los personajes que Pessoa creó; de todas sus criaturas era la que más se parecía al propio Pessoa", añade.
Sobre si su percepción de la obra de Pessoa ha cambiado a medida que ha ido abundando en su traducción, Moya dice: "Pessoa se parece mucho a la tierra donde vivo, Fuenteheridos, en la sierra onubense, quizás por eso la disfrute tanto; aquí, por más que camines entre los castaños, siempre hay un giro en el paisaje que te deja sin aliento, del mismo modo que por más que creas conocer a Pessoa siempre acabas leyendo un verso suyo que te descoloca y que te hace decir: Ahora sí, me has pillado. Por eso, creo yo, es un autor tan, tan vivo; si a algo ayuda su obra es para no tomarse demasiado en serio; es como un antídoto contra el acartonamiento".
Sobre cuál de los heterónimos -incluido el propio Pessoa- le resulta más próximo, apunta que no es fácil decidirse: "Son muy distintos los tres, mejor dicho, los cuatro, pero sin duda el que menos me interesa es el propio Fernando; Campos comienza con ímpetu, pero acaba siendo muy calmado, tendiendo a esa cosa portuguesa tan poco definible que es la saudade; casi siempre conmueve, basta con leer su poema Estanco para saber lo que digo". Caeiro, prosigue, "apenas evoluciona, pues muere pronto, pero es un poeta de una claridad mental que a mí me deja clavado, y Reis, el más limitado de los cuatro, es con frecuencia sublime, porque es el más cercano emocionalmente a Pessoa, a la vez que su contrario, no sé si me explico... Y luego, claro, Bernardo Soares, autor del Desasosiego".
De las diferencias entre Reis y Álvaro de Campos, al que también ha traducido para Visor recientemente, explica que de este último le gusta "su carácter expansivo, su fortaleza mental".
Ricardo Reis es "la medida, la forma, la regularidad. Al principio me parecía muy encorsetado, pero acabó ganándome por su melancolía y su ternura. De los heterónimos creo que es el más cercano mentalmente al propio Pessoa; Campos era el que menos y por eso lo metía en líos continuamente".
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