Cuando el arte desciende a los infiernos del espíritu

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo inaugura hoy tres muestras simultáneas sobre el horror y otros demonios atávicos del género humano

Obras pertenecientes a la colección de Julius Hummel, origen de dos de las exposiciones que hoy abren en el CAAC.
Blas Fernández / Sevilla

13 de marzo 2008 - 05:00

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) abre hoy sus puertas a tres exposiciones simultáneas y parcialmente relacionadas, tanto por su temática como por su procedencia.

Instinto y moral se articula en torno a una selección de las series de grabados Los desastres de la guerra, de Goya, la Suite Vollard de Picasso y el trabajo de Dalí inspirado en Los cantos de Maldoror del conde de Lautréamont. Por su parte, Accionismo vienés recoge obras de Günter Brus, Otto Muehl, Herman Nitsch y Rudolf Schwarzkogler procedentes de la colección particular de Julius Hummel, de la que también se han escogido las piezas presentadas en una tercera muestra, titulada Colección Hummel.

Instinto y moral, como Accionismo vienés comisariada por Pilar Parcerisas, pretende explorar el descenso del arte "a los infiernos del espíritu humano", allá donde "aparece la animalidad del ser y se hace patente un diálogo de sordos entre el instinto y la moral". José Lebrero, director del CAAC, avisa de que ni ésta ni las muestras paralelas son exposiciones fáciles, es más, las califica de "duras, para adultos" y apunta su "condición violenta" como elemento clave a la hora de realizar la "metódica selección de las obras".

La crueldad de la Guerra de la Independencia española en el caso de Goya -donde "por primera vez el artista retrata el hecho bélico no como un acto heroico, sino como un desastre social"-, la animalidad del deseo en el de Picasso y "los efectos del espíritu maligno sobre el cuerpo", adopte el primero la forma que adopte, en el de Dalí conforman esta tenebrosa exploración del CAAC, posible gracias a la colaboración de la Biblioteca Nacional de Cataluña -que cede los grabados de Los desastres de la guerra y Los cantos de Maldoror- y del Museo Picasso de Barcelona -que hace lo propio con los de la Suite Vollard-.

"Será muy difícil que esta exposición pueda repetirse, pues volver a reunir estas más de 400 piezas es improbable", avisa también, por su parte, Pilar Parcerisas, englobando en el vasto lote las obras y la constancia gráfica -fotografías, películas y documentos- de los happenings realizados por los protagonistas del accionismo vienés, "la bohemía artística más importante en la historia de Viena", en palabras del coleccionista Julius Hummel; una de las piezas clave en la expasión del "acto performativo" como extensión pictórica, primero, y objeto autónomo luego, a decir de los historiadores del arte. Las tres muestras permanecerán abiertas hasta el 25 de mayo.

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