El desencanto de la revolución y una historia de amor: la nueva novela del periodista Miguel de los Santos

Cultura

El presentador de televisión, premio Antena de Oro, publica 'Flor de avispa', novela en la que se relata una historia de ficción en el contexto de la Revolución Sandinista

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Miguel de los Santos durante el acto de presentación de su novela, celebrado ayer en la Cámara de Comercio. / Juan Carlos Muñoz

Hubo un tiempo –no hace mucho- en el que aún creíamos en los ideales. Y en las revoluciones. Y en la promesa de un futuro mejor. Y en esos líderes que surgían en el entusiasmo ingenuo de las revoluciones. Con el paso de los años, sin embargo, se reveló la triste verdad de los rebeldes: estos tan sólo venían a construir su tiranía a medida. Nada de salvaciones. Nada de futuro próspero. Es esta una trama que se ha repetido aquí y allá a lo largo de la historia. Una trama que, en Nicaragua, primero con la dictadura de los Somoza, después con el régimen de Daniel Ortega, se manifiesta con claridad. Ese itinerario de los revolucionarios que derrotan una tiranía y terminan imponiendo sus opresiones.

Este es el contexto histórico en el que se desarrolla la novela Flor de avispa, del periodista Miguel de los Santos, quien visitó Sevilla para presentar este relato que ante todo es “una novela de aventuras, de amor, de paisajes”, apuntó el autor. “Es una historia humana en un tiempo convulso”, añadió Álvaro Martín, de la editorial Pie de página, sello en el que se publica la obra.

El director de COPE Sevilla, Joaquín López-Sáez, ejerció de presentador del acto. “El embrión de esta novela surge de una entrevista con Ernesto Cardenal”, reveló López-Sáez, quien continuó detallando el origen de esta historia, la cual nace de ese encuentro de Miguel de los Santos con el poeta y sacerdote nicaragüense, suspendido de su labor sacerdotal por el papa Juan Pablo II. Cardenal participó, y contribuyó, al éxito de la Revolución Sandinista, insurrección popular en la que los “jóvenes”, influenciados por la teología de la liberación –y su ideario “de acción”-, “llegaron a empuñar las armas”, comentó el autor de la novela. Un hecho que propició la decisión de Juan Pablo II, y su rechazo público a Ernesto Cardenal. No obstante el Papa Francisco, hace unos años, revocó esa suspensión de Juan Pablo II. El poeta volvió a ejercer como sacerdote.

“Esta es una novela que combina lo narrativo y lo histórico”, declaró el autor

Fue Ernesto Cardenal quien anima a Miguel de los Santos a relatar la Revolución Sandinista de Nicaragua. Y por tanto la trágica historia de un país en ocasiones olvidado; un país en el que durante décadas han predominado los gobiernos corruptos, las tensiones sociales. “Nicaragua no tiene la mitología literaria de Cuba. No tiene el petróleo de Venezuela. No tiene eco mediático”, lamentó de los Santos, quien no cree que la situación cambie a corto plazo. “No hay alternativa en Nicaragua”, sentenció.

Pero Flor de avispa –una planta endémica de Nicaragua- no es una novela que sólo nos hable de política. En estas páginas, sobre todo, se cuenta la vida de Aquiles Zapata, un sacerdote que, huyendo de un pasado que desconocemos, se encuentra con un bebé abandonado. Este hecho, crucial para el desarrollo de la novela, vertebra otros personajes donde “se juega con el humor”, para añadir así nuevos registros a una historia en ocasiones dura. “Esta es una novela que combina lo narrativo y lo histórico”, declaró el autor.

La portada del libro cuenta con un dibujo del artista Jairo Sandino, quien fuese alumno de Ernesto Cardenal –una sorprendente casualidad de esta historia-, y el prólogo lo firma el escritor Sergio Ramírez, Premio Cervantes, defensor de las ideas sandinistas en la revolución y hoy día un autor censurado y perseguido por el régimen de Daniel Ortega –al igual que sucede con la poeta Gioconda Belli-. “Sergio Ramírez fue vicepresidente del gobierno, hoy está amenazado de muerte”, recordó Miguel de los Santos.

El desencanto –generacional- con los ideales revolucionarios; el amor como tabla de salvación; los paisajes de Nicaragua o de Costa Rica, país este en una primera apariencia ejemplar, pero donde también emerge la barbarie. Son algunas de las notas –a pie o no de página- de Flor de avispa.

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