Festival de Música Antigua de Sevilla

'La escucha comprometida' encara su recta final enfocando a Bach y Haendel

  • El compositor y Premio Nacional de Música Alfredo Aracil aborda este viernes la idea del tiempo en la cultura. El ciclo concluye el sábado en el Maestranza con la ponencia de José Mendoza  

Retratos de Bach proyectados durante la conferencia del musicólogo, crítico y traductor Luis Gago.

Retratos de Bach proyectados durante la conferencia del musicólogo, crítico y traductor Luis Gago. / Lolo Vasco

La escucha comprometida, que dirige el profesor de la Universidad de Sevilla José Mendoza, es una de las actividades paralelas del Festival de Música Antigua de Sevilla que permite al público de los conciertos profundizar en los temas que plantean las composiciones desde otra perspectiva. El ciclo encara este fin de semana su recta final tras haber citado en el Espacio Turina a ponentes tan relevantes como Eva Martínez, Luis Gago y el investigador e intérprete Yvan Nommick, quien ha analizado esta tarde las conexiones de la música medieval y renacentista con el lenguaje y la sonoridad de las composiciones de los siglos XX y XXI.

Las sesiones, que se desarrollan en el Espacio Turina, continúan este viernes a las 18:30 con la conferencia del compositor y Premio Nacional de Música Alfredo Aracil, que disertará sobre Tiempo, memoria y patrimonio. El sábado, también a las 18:30 pero ya en el Teatro de la Maestranza, José Mendoza analizará las similitudes y diferencias entre Bach y Haendel como preparación al concierto que clausura esta edición del Femás: el oratorio Israel en Egipto de Haendel.

Para Mendoza, una de las claves que hacen interesante esta propuesta, que cuenta desde hace años con un público fiel, es la posibilidad de relacionar temas de interés musical con otros ámbitos del arte y la cultura, "pues no podemos olvidar que las músicas son productos de una época con sus particularidades políticas, religiosas o sociales en general".

Así ocurrió con la conferencia que impartió la semana pasada el musicólogo, crítico y escritor Luis Gago sobre la figura de Bach y el mito de su religiosidad, apoyándose en numerosos documentos de época. Mendoza recuerda el impacto que produjo en el auditorio la charla. "Juan Sebastian Bach fue un compositor que permaneció toda su vida en un radio de 200 kms. Sus empleos siempre fueron en pequeñas cortes o concejos y su proyección fue muy limitada. Sus oyentes fueron los ciudadanos de estas pequeñas ciudades, además de un pequeño grupo de entendidos y músicos aficionados en buena medida. Si pudo conocer la obra de Vivaldi (siete años mayor que él) desde muy joven fue porque ya estaban publicadas en Ámsterdam. Sin embargo, la publicación de sus obras tuvo que esperar decenios para ser conocida. Todo ello hace que los datos sobre el compositor sean escasos y confusos y ha hecho posible que se establezcan y acepten unos tópicos sin un contraste adecuado para conocer determinados aspectos de su vida sin apenas una investigación exhaustiva. Hoy se sabe algo más y uno de esos mitos ha sido la religiosidad que emana de su música. Y lo cierto, como constató Luis Gago, es que a pesar de que su producción de música religiosa es muy extensa y de una calidad increíble Bach escribió sus cantatas en un corto espacio de tiempo durante su estancia en Leipzig. Sin embargo, sus intereses en esos mismos momentos eran muy diferentes y mucho más ambiciosos como para pensar que estaba todo el tiempo componiendo cantatas".

Público en la conferencia de Eva Martínez en el Espacio Turina. Público en la conferencia de Eva Martínez en el Espacio Turina.

Público en la conferencia de Eva Martínez en el Espacio Turina. / Lolo Vasco

En correspondencia con la programación del Femás, La escucha comprometida ha trazado en esta edición un amplio recorrido desde la música de la Alta Edad Media al final del período barroco y ha puesto el foco en la importancia de acudir a las fuentes. Por eso, la primera conferencia a cargo de la investigadora Eva Martínez, autora de una tesis doctoral sobre el Essai de CPE Bach, resaltó la idea de que es muy necesario conocer los escritos de los compositores de épocas pasadas para poder saber cómo interpretar sus obras y poder ofrecerlas al público de hoy de manera fiel a las intenciones del compositor.

En su conferencia de este viernes, avanza Mendoza, Alfredo Aracil abordará la idea "de que el tiempo, en la cultura, no se comporta como una flecha directa del pasado hacia el futuro sino como una burbuja, el patrimonio, donde el pasado es también presente y ambos serán futuro. Bajo este enfoque se examinarán hechos y se plantearán coincidencias y paradojas con la música antigua (y algunas de las partituras y compositores programados en el festival) como protagonistas".

Por último, la conferencia del coordinador del ciclo arrojará luz a las semejanzas y diferencias entre Bach y Haendel. "Son muchas las coincidencias, nacieron el mismo año y en ciudades distantes unos 50 kilómetros pero no coincidieron nunca. Bach permaneció en una zona geográfica muy pequeña, sin apenas proyección; sin embargo Haendel desarrolla toda su carrera entre Italia (tres años) e Inglaterra (desde los 25 años hasta su muerte). Aunque sus intereses son muy distintos hay ciertos paralelismos muy interesantes entre estos dos pilares del barroco musical. No se pretende comparar sino comentar estos temas desde su obra".

Ilusionado ante la reunión por vez primera de la Orquesta Barroca de Sevilla con el violonchelista Asier Polo, un programa que se ofrece también el viernes, Mendoza hace balance como público del festival y reconoce que le han entusiasmado muchos conciertos, comenzando por el oratorio Il terremoto de Antonio Draghi que abrió esta edición, así como la polifonía de Stile Antico. "He disfrutado muchos programas pero me gustaría destacar la presencia de grupos españoles de alto nivel que han pasado por el festival. Esto nos lleva a pensar que vamos por el buen camino y que el complejo que hasta no hace mucho teníamos con respecto a los grupos extranjeros hay que ir dejándolo como algo pasado y olvidado". En su caso, tiene un recuerdo especial "del comienzo del concierto de Tasto Solo: una pieza anónima, Libera me, con la sonoridad más cercana a la idea que pueda uno tener de lo que es música divina. Si cerrabas los ojos, el cielo, y si los abrías, la imponente maravilla de San Luis de los Franceses. Un lujo".

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