Al colegio público San Jacinto de Triana, en la calle Pagés del Corro, donde los esperaban en alborotado orden alrededor de 450 niños de 6 a 12 años, fueron ayer el alcalde de Sevilla y Estrella Morente para contarles "lo importante que es el flamenco para la sociedad" y hasta qué punto -muy profundo, según Juan Ignacio Zoido- esa expresión artística constituye la "base de nuestra identidad". La visita, en la que participaron también la delegada municipal de Educación, Cultura, Juventud y Deportes, Mar Sánchez Estrella, y el director de la Bienal de Flamenco, Cristóbal Ortega, sirvió como presentación de un proyecto didáctico impulsado por este último.
Se trata de La Bienal va a la escuela, una iniciativa para ampliar la promoción institucional del flamenco fuera de los circuitos escénicos mediante una treintena de talleres a los que asistirán unos 5.000 alumnos de Primaria (de 6 a 9 años) en más de medio centenar de centros educativos sevillanos, y que contempla también la formación del profesorado en materia musical y dancística flamenca. El programa comenzó ayer y terminará a finales de junio, después de que en esos mismos colegios se celebren diez funciones de un espectáculo a modo de compendio de los talleres.
Todo esto se hace, explicó ayer Zoido a los escolares de San Jacinto, porque "el flamenco es cultura" y porque "una sociedad culta, conocedora del flamenco como base de nuestras señas de identidad y que aprecia la cultura, es una sociedad que sabe enfrentarse mejor a los problemas". "Y lo estoy diciendo en Triana, sabiendo lo que digo, porque si hay un barrio importante y que sabe lo que es el flamenco, es éste", añadió el alcalde, que poco a poco fue viniéndose arriba junto a Estrella Morente, "una artista de pies a cabeza" para cuyo padre pidió un recuerdo que emocionó a la cantaora granadina: "Ahora quiero que miréis todos al cielo y le déis un aplauso a Enrique Morente, que desde allá arriba estará disfrutando como nunca", dijo antes de cederle la palabra a la artista, que estará en la próxima Bienal por partida doble: con un espectáculo propio con la Sinfónica y en la gala inaugural dedicada a Enrique Morente.
"Yo conocí el flamenco con vuestra edad, y antes, en la cuna, cuando llevaba chupete", dijo la cantaora, que por eso mismo quiso transmitir a los niños, el futuro público, que es necesario "tener conciencia de lo importante que es conocer nuestro país y nuestra cultura". "Nuestra música tenemos que conocerla, y yo lo siento mucho por la gente que se dedica al jazz o a la música clásica, con sus sopranos y tenores, que en España hay muchos y son muy buenos, de verdad que lo siento pero esos géneros no son nuestra identidad; nuestra música y lo que mejor sabemos hacer es el flamenco", proclamó antes de invitar a los niños a cantar lo que quisieran.
Se atrevió primero una niña, Ángela, 8 años, con el Waka-waka de Shakira (mal: no ella, muy aplaudida por todos, sino por la canción, cuya música "viene como de África"); tomó después el micrófono otra niña, Nerea, 9 años, y lo que le salió del alma fue Pajaritos en el aire, uno de los clónicos hits de ese reguetón al parecer romántico, de orilla del mar y luna llena, que arrasa entre la muchachada (mal también: "electrónica"); y al final se disipó el riesgo de indefinición identitaria que casi empezaba a flotar en el ambiente cuando primero Pedro, de sexto curso, Pedro, cantó una rumba -Morente no pudo reprimirse: "¡Viva Andalucía!"-, y luego Claudia, más pequeña, de tercero, subida a una silla para poder llegar al micrófono, se arrancó por bulerías, Romero verde de Lole y Manuel, y ahí ya sí, completamente sí: "Sois los mejores altavoces que podemos tener para dar a conocer la gracia", dijo.
Antes de que los niños volvieran a las aulas, la cantaora quiso lanzar un par de guiños a Sevilla, "la ciudad del arte", al definir las sevillanas como uno de los palos flamencos -"hay gente que dice que no, pero para mí sí son flamenco, no hago diferencias entre el folclore y el flamenco"- y al evocar a una de las figuras verdaderamente míticas del flamenco: "Pastora Pavón, la Niña de los Peines, la mejor cantaora de todos los tiempos".
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