José Luis De La Casa Mesa

I.E.S. Politécnico de Sevilla: tradición y futuro

El autor reflexiona sobre el estado de esta institución de enseñanza del barrio de Los Remedios

30 de junio 2022 - 05:02

RECONOCER lo mucho bueno que hay en nosotros muchas veces cuesta. Reconocer lo bueno que hay en otros, muchas veces cuesta más. Descubrir un día el valor de lo que siempre estuvo a nuestro lado suele ser desconcertante. Por un lado, la alegría del descubrimiento; por otro, el enfado al no haberlo disfrutado antes.

Todo esto viene al caso de lo que pretendo proclamar hoy: el poco aprecio manifestado a lo largo de decenios por el barrio de Los Remedios hacia su único centro educativo público no universitario, el I.E.S. Politécnico, antigua Escuela de Maestría Industrial de Sevilla. Seguramente, la responsabilidad compartida entre instituciones y ciudadanía, aunque no de ambas por igual, está en el origen de la escasa apuesta por lo público, pero eso no es excusa para unas y otra.

Sus enseñanzas, enraizadas hace casi un siglo (1929) en nuestra Plaza de España como Real Colegio Hispalense que incluía las Escuelas Superior y Elemental del Trabajo durante la Exposición del 29, fueron transplantadas en 1948 a Los Remedios, en la manzana circundada por las calles Virgen de África, Niebla, Pedro Pérez Fernández y Virgen de la Victoria, adquiriendo autonomía primero e instalación independiente después en el curso 1974-75, ya como instituto. Desde entonces, su oferta educativa, adaptada a los tiempos y sus legislaciones vigentes, viene cubriendo el interés de unos fluctuantes 1.500 estudiantes cada curso, desde hora temprana a ya anochecida ininterrumpidamente cada día.

Su carácter público, exclusivo en el barrio, y su especialización en enseñanzas profesionales le impregnaron desde el principio de una identidad abierta. Adolescentes, mujeres y hombres de la ciudad y pueblos cercanos vienen encontrando en él la oportunidad de acceso al empleo o a estudios universitarios acordes con la formación elegida. Los actualmente llamados ciclos formativos les permiten incorporarse al mundo de la mecánica, la química, la edificación, las energías alternativas o la economía, por referirnos sólo a algunos.

Imagen de archivo del Politécnico de Los Remedios.
Imagen de archivo del Politécnico de Los Remedios. / D. S.

Sus cambios de denominación, de Instituto Politécnico Nacional a Instituto Politécnico de Formación Profesional y, ya desde 1998 Instituto de Educación Secundaria Politécnico, han venido reflejando no sólo la adecuación necesaria a una cambiante normativa sino la derivada de los cambios en su oferta educativa. De ellos y cualitativamente hablando, el más relevante tal vez haya sido la incorporación en el año1999 del Bachillerato en sus tres modalidades: humanidades y ciencias sociales, artes y ciencias. Desde entonces, en torno a 125 bachilleres y 250 titulados en F.P. vienen culminando sus estudios cada curso.

Su apuesta por la movilidad y la internacionalización, concretada el último año en más de 50 Erasmus y más de 100 acogimientos entre alumnado y profesorado, es fiel refrendo del espíritu aperturista acreditado desde hace tiempo con las más de 300 empresas colaboradoras de los diferentes sectores que permiten la realización de prácticas en las mismas.

Pues bien, el I.E.S. Politécnico está en peligro.

A los 75 años de su ubicación en Los Remedios el próximo año, ¿un error? en el convenio firmado el año 2005 por el Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad de Sevilla mutila sus instalaciones en aproximadamente 2.000 metros cuadrados de los que viene haciendo uso desde que le fueron adjudicados en su día. Me consta que las diferentes gestiones realizadas desde entonces por equipos directivos y consejos escolares ante las instituciones concernidas tienen, a fecha de hoy, la callada por respuesta y mucho me temo que los hechos consumados vengan a ratificar lo que podría calificarse, por sus consecuencias, como una tropelía. La reducción en esa superficie no sólo afectaría a la prestación del servicio educativo actual sino que limitaría el más que previsible desarrollo necesario del centro. A alguien le corresponderá hacer algo.

A los casi 25 años de la implantación del Bachillerato en el único centro público del barrio, repito, su consolidación no sólo garantiza evitar dejarlo en las exclusivas manos de centros privados sino afianzar el bien merecido prestigio que le reconocen nuestras universidades. La defensa de lo público nos lo requiere.

Desde esta tribuna me permito requerir a las instituciones implicadas, Ayuntamiento de Sevilla, Junta de Andalucía y Universidad de Sevilla, para que, además de corregir el ¿error? ya citado, introduzcan las necesarias modificaciones en dicho convenio que reviertan a destino educativo el suelo que en él se califica para construcción de viviendas. Quienes viven en el barrio y en esta ciudad se lo merecen.

Por último, animo a quienes han pasado por el Politécnico como trabajadores, docentes o no, o como beneficiarios de sus enseñanzas, así como a las entidades sociales que lo deseen, a desarrollar cuantas acciones reivindiquen el mantenimiento de los espacios educativos públicos y su ampliación en el barrio de Los Remedios, así como la difusión de lo mucho que el I.E.S. Politécnico ha hecho, está haciendo y puede hacer en el futuro por el Bachillerato y la Formación Profesional.

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