Cada año hay más ‘piratas’

El problema principal es la confusión que generan, incluso en sus propios barrios

Es un fenómeno que se deberían tomar más en serio. Hace ya ocho años que el Arzobispado de Sevilla invitó a las asociaciones civiles cofradieras, popularmente conocidas como piratas, a iniciar los trámites partiendo de cero. Sin embargo, desde entonces, la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado. Y está en el trance de ser todavía peor. Supongo que el arzobispo, don José Ángel Saiz, conoce bien este fenómeno. En su anterior destino, en la diócesis de Barcelona, han proliferado las procesiones civiles y las asociaciones piratas, no sólo de penitencia, sino también rocieras, al margen de los vínculos religiosos oficiales. En Barcelona, les echan las culpas a los curas, porque dicen que no les gustan las cofradías. Yo conozco a algunos obispos catalanes, y me consta que se vuelven encantados cuando vienen a Sevilla.

No hace falta irse a Cataluña para encontrarse con piratas. En Sevilla capital hay 12 entidades integradas en la Federación de Asociaciones Cofrades de Sevilla, además de una de Olivares y otra de San José de la Rinconada. Por cierto, dos poblaciones donde no salen tantas cofradías como en la capital. Las de Sevilla son: Abnegación (San Bernardo), Amparo y Santa Ángela de la Cruz, Lágrimas (Pío XII), Caridad (Los Príncipes), Salud y Esperanza (Las Avenidas), Dolores y Consuelo (San Jerónimo), Sagrado Lavatorio (Las Almenas), Despojado de la Luz (Campos de Soria), Soledad (Los Arcos), Salud y Bondad (Los Carteros), Consolación (Carrasca) y Estrella Gloriosa (Triana). Las dos de la provincia son: la Sagrada Entrada (de San José de la Rinconada) y el Cautivo (de Olivares).

Estas son las federadas, según la web de dicha Federación, que se fundó en 2012 y está constituida al amparo de la Ley Orgánica de Derecho Asociativo. Pero, además de esas asociaciones religiosas (así se denominan), hay más procesiones piratas, sin ton ni son. Y van in crescendo. El escenario que se está forjando es muy lamentable. Para empezar, hay que diferenciar cada caso. Algunas pueden tener interés pastoral en sus barrios periféricos, donde hay parroquias, pero actualmente no existe ninguna hermandad. Pero también nos podemos preguntar: ¿qué falta hace una Estrella gloriosa en Triana, si ya existe la Estrella verdadera?

La Federación, en sí misma, aunque sea legal como ente asociativo, carece de fundamento religioso, ya que no está reconocida por la Iglesia. No es un Consejo pirata. Por lo que la religiosidad sólo es esotérica y presunta, carece del respeto a la jerarquía y a las normas diocesanas, que se exigen a una hermandad auténtica o una agrupación parroquial.

Sin duda, en estas asociaciones hay personas de fe y con buenas intenciones. También hacen algunas obras de caridad. Aunque asimismo hay asociaciones de vecinos solidarias, y no tienen nada que ver con las cofradías. El problema principal es la confusión que generan, incluso en sus propios barrios. Y creo que el Ayuntamiento puede hacer más por frenar este boom y limitar las salidas. Aunque no se atreven, quizá por cuestiones de dudoso electoralismo.

Para empezar a solucionar este abuso, lo primero es separar el trigo de la paja.

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