Un dolor la impotencia de Messi

Exceptuando algún que otro fiasco, este Mundialito está ofreciendo una buena imagen. De todos los fiascos, ninguno como el que detuvo el Chelsea-Benfica por la aparición de una tormenta con aparato eléctrico. La causa está justificada, pues no se concibe jugar al fútbol bajo un recital de relámpagos con sus correspondientes truenos. Totalmente lógico, pero una de las víctimas, el entrenador de los londinenses, que no es otro que ese viejo conocido que es Enzo Maresca, sí ha dado en la diana al declarar que quizá no se esté jugando en los escenarios adecuados.

Prescindiendo de esos sucesos, que no fue sólo el Benfica-Chelsea el partido paralizado, hay que destacar que quizá el fiasco más doloroso haya sido la imagen del equipo de Messi en general y muy en particular la del grandioso argentino. Deambulando por el campo sin coincidir nunca con la pelota, jamás hubiéramos imaginado encontrarnos con un Messi tan desmejorado. Así como nos encandiló con su actuación, gol incluido, frente al Oporto, antier se nos cayó de la vitrina.

Ver al mejor futbolista de la historia deambular sin encontrarse nunca con la pelota fue como vivir pesadilla bien despierto. Agravado luego por la sensación de que Luis Enrique dio orden a su tropa de no hacer más sangre y que con el póquer de goles antes del descanso había bastante. Por lo demás, el Mundialito anda cumpliendo con su papel de paliativo y hoy en Miami un gran Juventus-Real Madrid.