La ventana
Luis Carlos Peris
A ver qué nos espera
Otro taco de almanaque a la papelera, uno más, qué barbaridad, cuántos han ido cayendo. Y en esta hora final de 2025, un somero repaso a lo que dio de sí en el apartado futbolístico en general y muy en particular en el fútbol según Sevilla. Y una vez más se dio la circunstancia de que lo habitual es que no se produzca la ventura compartida y que cuando uno funciona pasa que el otro deja de hacer los deberes adecuadamente.
Si en el Betis casi todo es harina, en el Sevilla abunda la mohína. Pudieron los de las trece barras cantar el bingo deseado, pero el Chelsea lo evitó. Un año de bienes con ese lunar en la final de Polonia que, no obstante, no mancilló la campaña quinta de Pellegrini al mando de las operaciones. No obstante, lo peor no fue caer en la final de la Liga Conferencia, sino la persecución que las lesiones tienen como objetivo a Isco. El mago se está convirtiendo en el punto negro de un Betis que tiene en el malagueño a su mejor aguja de marear.
En la otra acera y tras salvar la categoría de forma angustiosa para su clientela buscó en el argentino Matías Almeyda la piedra filosofal que fuese capaz de convertir el cobre en oro. Y la verdad es que desde el cese de José Luis Mendilibar, las cosas no han ido por el camino adecuado. Y en esta travesía en busca de recuperar el sitio de siempre surgió el éxtasis de golear al Barça y el acíbar de caer en el derbi. Sólo el deseo de que 2026 pueda, de una vez, lograr que los dos vayan bien.
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