Jesús Alba

Un final para Herzberg

Pisando área

La caída del telón deja en Sevilla altos niveles de insatisfacción y dos proyectos por edificar

20 de mayo 2019 - 02:33

Fuera de Sevilla muchos no entienden el nivel de insatisfacción que se respira en los dos barrios futbolísticos de la ciudad recién echado el telón de la temporada. Siempre digo que juzgar en lo ajeno no lleva a ningún lado ni cuando las cosas parecen más que evidentes. Como en cualquier ruptura sentimental, hay que pensar que cada casa es un mundo y lo cierto es que Sevilla y Betis acabaron la temporada sin entrenador para el próximo proyecto y con altos niveles de insatisfacción en el personal.

"¿Qué es lo que quieren?", podrían preguntarse en Madrid, pero la realidad aquí es otra. Con opciones matemáticas de Champions, Nervión registró la peor entrada del año y despidió la Liga con pitos al palco. Anunciar la destitución del entrenador inmediatamente después de ganar por 0-2 en el Bernabéu habría sido una decisión de lunático inimaginable para cualquier bético, pero el fútbol desafía todas las reglas.

Incluso la de Patrick Herzberg, padre de la teoría de la insatisfacción y teórico de cabecera de cualquier director de recursos humanos. En su estudio del ámbito laboral, el alemán distinguió los factores de motivación y los factores de higiene, dando a éstos toda la responsabilidad de la insatisfacción como factores extrínsecos. Concluyó que el trabajo rutinario y no desafiante no sólo denigra a los que lo realizan y genera actitudes agresivas y violentas "que impactan en sus vidas y en la sociedad, sino que además causa menos calidad y ausentismo".

El sevillismo no quiso saber nada (la hora tampoco ayudó) y desnudó cualquier informe arquitectónico de ampliación del aforo para recibir a más abonados cuando los que están criticaban la política de precios. Por otro lado, la mayor parte del beticismo se llevaba una alegría con la marcha de Setién, quien para otros ha hecho jugar al Betis como los ángeles.

Pero, como diría Herzberg, el fútbol no deja satisfecho a nadie.

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