De cómo rentabilizar el fracaso

25 de junio 2025 - 03:06

Indudablemente existen cargos en el fútbol que no padecen la penalización del fracaso y la historia está llena de entrenadores y secretarios técnicos, hoy directores deportivos, que están vacunados contra suspenso. Entrenadores coleccionistas de descensos de categoría que apenas sufren el paro y que encuentran ocupación con las heridas del fracaso sin cicatrizar a montones.

Tenemos el caso reciente de Víctor Orta que sin haber cobrado todavía la totalidad del finiquito ya ha encontrado trabajo. Ya sé que no es lo mismo planificar al Valladolid que hacerlo en el Sevilla, pero la verdad es que el madrileño no ha tenido que ponerse ni siquiera un minuto en la cola del paro. El hombre ha encontrado trabajo incluso antes de que su sucesor en Nervión haya realizado alguna demostración de sus cualidades a excepción del fichaje de Matías Almeyda, ese melón por calar.

No es nuevo nada de esto, pues de siempre el entrenador que entraba en la rueda de afortunados con trabajo parecía obtener un empleo a perpetuidad. No vienen al caso, pero recordemos la cantidad de profesionales que encontraban ocupación al día siguiente de su defenestración. La relación es numerosísima con nombres como Olsen, Maguregui, Joanet, Arsenio hasta que le llegó su época dorada en el Dépor, Marcel Domingo y tantos ilustres que estuvieron en esa rueda inmutable. Y como todo lo que pasó tiene opciones de repetirse, pues ahí tenemos el caso de Víctor Orta como ejemplo.

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