Vámonos a hacer pascuas
Testamento sentimental
Respira por las heridas más lacerantes el hermano mayor de la Macarena tras abrirse en canal a las preguntas de Carlos Navarro en una prolija entrevista que bien pudiera erigirse en el testamento de un macareno. Nadie podrá dudar de la entrega de José Antonio Fernández Cabrero en esas dos legislaturas que lleva en el puente de mando de la Basílica. Sin querer mover a la lástima por la cruel situación vivida entre el progresivo deterioro de su esposa al drama suscitado por la fallida restauración de la Esperanza, Cabrero da un ejemplo de bonhomía. No tiene reparos en pedir perdón a los numerosos hermanos de la gran hermandad del Arco, pero no puede entender algo también incomprensible en la más pura normalidad, el insulto. Ha sido muy traumática la tremenda realidad que nos devastó aquel sábado de junio, pero llegar a las fronteras de la agresión verbal no es de recibo. Ha hecho bien Cabrero en dejar negro sobre blanco un estado de ánimo convertido en macareno testamento sentimental.
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