Análisis

eduardo osborne

Abogado

El valor de la honestidad

Si me preguntan por una cualidad de mi tío Enrique, yo destacaría la honestidad. Una honestidad intelectual, que brotaba de un genio independiente capaz de enfrentarse a causas que consideraba injustas, aunque pudieran perjudicarle; una honestidad vital, representada en esa bonhomía campechana de la que disfrutaron los muchos que tuvieron la suerte de tratarle; una honestidad cristiana, sustentada en los pilares fuertes que le inculcaron los Jesuitas y que le permitían separar a la primera lo principal de lo accesorio, lo sustantivo de lo adjetivo, ejerciendo siempre una crítica tan justa como implacable con actitudes que no compartía, vinieran de donde vinieran.

Como mi padre, era descendiente directo del fundador de La Cruz del Campo, y a ésta dedicó gran parte de su vida, pero nunca presumió más allá del legítimo orgullo de formar parte de la empresa que quizás más riqueza ha aportado a nuestra tierra en todos los sentidos. Pronunció un excelente pregón, todavía recordado, pero siempre rehuyó los atriles y los cargos, sirviendo a sus hermandades desde la más sencilla fidelidad de nazareno veterano ("¡Lo viejo que soy!", me decía en el quinario cuando le recordaron el número tan bajo que tenía en la nómina de Los Panaderos). Escribía con una hondura y una espiritualidad imposible de alcanzar, cultivando especialmente con esmero y cariño un género casi perdido como el epistolar.

Como sobrino y ahijado, siempre guardaré el recuerdo de sus conversaciones sosegadas sobre los más diversos temas de actualidad, su sentido de la lealtad y compromiso, su cultura, su amor sincero por la ciudad. También, su preciosa dedicatoria del pregón que me sé de memoria, nuestras tradicionales visitas a los templos la mañana del Miércoles Santo, sus recomendaciones de los libros de su amigo José María Castillo o aquel último ejemplar del Cruz de Guía de Sánchez del Arco que me regaló. En la hora de la ausencia, sólo me cabe agradecer haber tenido tan cerca a una persona de la talla intelectual y humana de Enrique Osborne Isasi.

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