Agónico cable del equipo a Lopetegui

Un penaltito metió al Espanyol en el partido para hacerle la vida agobiante al Sevilla

11 de septiembre 2022 - 08:15

COLGADO del larguero, cautivo y desarmado, echándole arena a los cojinetes del reloj del tiempo, así fue como el Sevilla lograba su primer triunfo del curso y, de paso, permitía que Lopetegui siga hoy dirigiendo las operaciones en la carretera de Utrera. Triunfo merecido por lo hecho antes del descanso y agónico en la sensación de equipo sin recurso que fue su comportamiento en el interminable segundo tiempo que decretó Cuadra Fernández.

Un dichoso penaltito aprieta el marcador al filo del descanso y hace prever un segundo tiempo más emocionante de lo que se presagiaba tras el trío goleador del Sevilla. Es un tiempo este primero en el que todo se pone de cara para el Sevilla antes, mucho antes, de empezar a sudar. Va a tener un protagonismo especial el canterano José Ángel Carmona, que asiste para que Lamela abra el marcador y que liga doblete en dos subidas con efectiva vocación atacante.

Todo el viento le sopla de popa al Sevilla, con lo que los malos augurios, esos que penden sobre la cabeza de Lopetegui, van difuminándose. Y así es desde los cincuenta segundos de partido, por lo que el Sevilla encuentra la tranquilidad que venía buscando desde la pretemporada. Augurios que parecen tomar cuerpo cuando se ve la alineación, pues sólo juega Isco de los recién llegados y un descartado para Champions, Óliver Torres, recibe cartas de titularidad.

Pero ese penaltito con el que se cierra la primera parte va a meter al Espanyol en el partido a la par que empuja al Sevilla al regazo de Bono. Y cuando Braithwaite acorta distancias, la media hora que resta para el final se le hace eterna al Sevilla. Lopetegui apela a todos los defensas disponibles y a la experiencia para ir capeando el temporal. Es un agobio constante, pero el Espanyol es lo que es y contribuye con sus imperfecciones a alargar la vida de Julen Lopetegui en el Sevilla.

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