La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Era urgente guardar silencio, alcalde
Debo confesar de inicio: supe de Alvise Pérez el mismo domingo de las elecciones. Culpa mía, sin duda, debería haber tenido noticias, algunas noticias antes. Alguien se preocupó de que hubiera papeletas de esta candidatura en las mesas, por eso lo supe. La candidatura de Alvise Pérez. Por eso tuve noticias de este candidato del que no sabía absolutamente nada. Ayer, sin embargo, hablaron los medios de este sevillano que había obtenido más de 800.000 votos, esto es, más votos que Podemos y Junts. Se Acabó la Fiesta (SALF) es el nombre del partido. El domingo no sabía que el lunes situarían a SALF a la derecha de Vox, lo que significa a la derecha de la extrema derecha. ¿Esto qué es, por Dios? Los comentaristas se deslizan por la interpretación más obvia: le ha hecho la puñeta al partido de Abascal. Un poco como Abascal lleva haciéndole la puñeta al Partido Popular. Es la misma puñeta que los corrimientos del voto hacen a los partidos de la centralidad, los viejos partidos que han mantenido en buena forma el 78, esto es, PSOE y PP. Alvise Pérez, quién lo hubiera soñado, le ha quitado un buen puñado de votos a Abascal. Un poco donde las dan, las toman. Vamos, 800.763 votos exactamente. Calculadora en mano deben andar ya los técnicos de análisis electorales mirando el daño para las próximas de este partido del que dicen es populista de extrema derecha. Quitando esta novedad, sin duda sorprendente, y la constatación del fracaso de Sumar y los raquíticos resultados de Podemos, apenas el mensaje dicho por el ex Otegui, toda una elaboración del neopensamiento político: Euskalerria sur ha logrado un embajador ante Europa. Se trata de la medicina que van a recibir algunos vascos. Es la misma que se distribuía por los andalucistas en otro tiempo: los andalucistas son los únicos andaluces que defiende “su” tierra en el Parlamento español. En román paladino: quien no sea andalucista no defiende a Andalucía en ningún sitio. Ya digo, Euskal Herria del Sur va a tener por primera vez un embajador ante el Parlamento de la Unión Europea. Y se ha quedado tan pancho el ex etarra. Las elecciones tienen esto, cabe casi todo. Como lo de Alvise (con uve) Pérez, que ha logrado que tres representantes de Se Acabó la Fiesta se sienten en Bruselas y entiendan de agricultura y tipos de interés, de lo que se legisle para la UE. La democracia es así, una urna abierta que admite cualquier papeleta, cualquier iniciativa. Contra la fiesta o contra la lógica de las cosas. Desaparecieron los Ciudadanos como desapareció UPyD. Lo que no sube, baja. Como Alvise.
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